En defensa propia de Enrique Ježik

Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Del 17 de mayo al 21 de julio de 2018
En defensa propia de Enrique Ježik
Espacio de Arte – Fundación OSDE
Suipacha 658, 1er. Piso.
Tel: 4328-6558/3228/3287
espaciodearte@fundacionosde.com.ar
www.artefundacionosde.com.ar

 

 

Exposición En defensa propia. Enrique Ježik

Del 17 de mayo al 21 de julio de 2018

Lunes a sábado de 12 a 20. Domingos y feriados cerrado Entrada libre y gratuita Visitas guiadas para grupos particulares: solicitar informes telefónicamente Tel: 4328-6558/3228/3287

El Espacio de Arte de la Fundación OSDE tiene el agrado de anunciar la inauguración de la exposición En defensa propia. Enrique Ježik. Luego de más de dos décadas viviendo en México, el artista vuelve a Buenos Aires para presentar lo que será su primera gran exposición individual en territorio argentino, desde su partida.

Ex integrante del grupo de la Grupo de la X, colectivo artístico argentino que funcionó entre 1986 y 1987, junto a Pablo Siquier, Ana Gallardo, Ernesto Ballesteros, Jorge Macchi, Carolina Antoniadis y María Causa, entre otros; la obra de Enrique Ježik fue mutando desde la escultura de corte primitivista, para luego, en palabras de Cuauthémoc Medina devenir en «un complejo ciclo de trabajos que giran en torno a varias modalidades del empleo y visibilidad de la fuerza y su instrumental, como signos y factores de la historia contemporánea».

En defensa propia, retoma el título de una obra realizada en 1996, en la que huesos humanos se presentaban en una caja de cristal protegidos por un alambrado, aludiendo a las guerras sucias y las aberraciones cometidas contra los ciudadanos por los regímenes en América Latina y otras regiones. Hoy, bajo ese mismo título, una serie de obras producidas entre 2001 y 2018, forman parte de esta exposición, como establece la curadora, María Teresa Constantin: «Un territorio donde prácticas performáticas, videos, instalaciones, fotografías y sonido son atravesados por un fleje que conduce la disputa entre territorios de poder, dominación, violencia, resistencia y destrucción. Así, la brutalidad del gesto resuena en la institución en los sonidos que se prolongan en la sala.»

Conformada por doce obras que giran en torno al concepto de violencia, las mismas se ocupan de hacer visible la vigilancia en los medios de comunicación, la utilización de maquinaria de construcción para consumar acciones de destrucción,y la presencia de golpes, disparos y martillazos, que resuenan en el espacio que «persistentes, repetidos incansablemente, ejercen ellos también un acto de violencia» como declara la curadora. Por último, Ježik realizará una obra especialmente para esta ocasión: una instalación en la que las palabras se transforman en una declaración política, tanto por sus dichos, como por su materialidad escultórica.

Sobre el artista

Enrique Ježik nació en Córdoba, Argentina, en 1961, y creció en Buenos Aires donde, después de haber realizado algunos estudios de Ingeniería e Historia del Arte, se graduó en Bellas Artes en la Escuela Nacional de Bellas Artes «Prilidiano Pueyrredón» en 1987. Comenzó a exhibir su trabajo, principalmente escultura, a comienzos de los años ochenta. En 1986 y 1987 formó parte del colectivo artístico argentino Grupo de la X junto a Ana Gallardo, Pablo Siquier, Ernesto Ballesteros, Jorge Macchi, Carolina Antoniadis, María Causa, Andrea Racciatti, Gladys Nistor, Gustavo Figueroa, Juan Papparella y Martín Pels. En 1990 fue invitado a participar en el Primer Concurso Internacional de Escultura de Madera en Toluca, México, y también al Festival Internacional de la Cantera, un simposio de escultura en piedra en Oaxaca, México. Después de esas experiencias, decidió mudarse a la Ciudad de México, donde reside desde entonces, participando activamente en la escena artística mexicana e internacional. Obtuvo numerosos premios y becas y ha participado en la IV Bienal del Mercosur, Porto Alegre, Brasil (2003), 29° Bienal de San Pablo, Brasil (2010), 29° Bienal de Artes Gráficas, Ljubljana, Eslovenia (2011), II Semana Internacional de la Perfomance, Venecia, Italia (2014), VIII Bienal de Jafre, Girona, España (2017).

 

 

1. Enrique Ježik, Círculos Concéntricos, 2013, foto: Daniel Castillo Reynoso.

 

2. Performance by Enrique Jezik entitled «Circulos Concéntricos» during Venice International Performance Art Week 2014
Venice, Italy 12.2014

 

3. Enrique Ježik, Desmonte, 2012, foto: Tania Candiani.

 

4. Enrique Ježik, Estructura construida por policías antiterroristas de las fuerzas especiales y tres armas automáticas, 2004, foto: Iulia Gnirenko.

 

5. Enrique Ježik, What Comes from Outside is Reinforced from Within, 2008, foto :Viktor Vejvoda.

 

 

En defensa propia. Enrique Ježik

La doctrina jurídica ha discutido siempre acerca de los usos, la validez y los límites de la legítima defensa. En la construcción de su sistema de creencias pareciera que el cuándo y cómo un contraataque debe ser eximido o sancionado es materia opinable, maleable, acomodaticia a las necesidades epocales.
En defensa propia presenta un conjunto de trabajos de Enrique Ježik en los que el instinto de conservación, en los límites de aquella doctrina, emerge como un sustrato que justifica un amplísimo arco de espantos contemporáneos que se asientan justamente en la custodia de supuestos derechos propios o ajenos.

Así, en 1996, Ježik realizaba una obra (no exhibida aquí) titulada de la misma manera. En aquel objeto, entre la pureza minimal de una caja de cristal sobre patas de metal pulido y la brutalidad de un alambrado protector que rodeaba la parte superior de la caja, el artista refería a diversos universos concentracionarios. El sentido se intensificaba con los huesos humanos que el cubo transparente contenía en su interior. Con gravedad irónica, el título aludía allí a los regímenes que en nombre de la defensa de los valores occidentales y cristianos cometían las peores aberraciones contra los ciudadanos que debían proteger. Escogido como título para esta exposición, el enunciado —como señala el artista— me pareció apropiado al carácter de ese conjunto de trabajos y vi esa expresión como adecuada para aludir a todo o casi todo mi trabajo. De alguna manera, hablar de los temas que trato es una forma de autodefensa frente a una realidad muy dura, e incluso si lo pienso en un sentido más colectivo o social del cual soy producto y parte, también me parece que hay una necesidad de defenderse/defendernos de tanta situación dañina que se nos echa encima. (1)

Los trabajos exhibidos fueron producidos a lo largo de casi 20 años de trabajo, entre 2001 y 2018, durante los cuales el artista ha estado fuera de la Argentina. Una extensa trayectoria exploratoria que va del cuerpo del escultor de sus inicios en el arte —producción que subyace en sus trabajos y que suele retomar regularmente en diferentes objetos artísticos— al cuerpo propio del artista, un cuerpo performer que se involucra –como intérprete o director— en las acciones retenidas en los videos e instalaciones. Como señaló el curador Cuauhtémoc Medina para una exposición de 2011 … son parte de un diagrama más amplio que de hecho fluye, y refluye, sin un orden cronológico estricto, como parte de un complejo ciclo de trabajos que giran en torno a modalidades del empleo y visibilidad de la fuerza y su instrumental como signos y factores de la historia contemporánea. (2)

De tal modo, nos interesa pensar las obras expuestas no como unidades expositivas aisladas sino como un espacio, el de la sala de arte, ocupado por el conflicto. Un territorio donde prácticas performáticas, videos, instalaciones, fotografías y sonido son atravesados por un fleje que conduce la disputa entre territorios de poder, dominación, violencia, resistencia y destrucción. Así, la brutalidad del gesto resuena en la institución en los sonidos que se prolongan en la sala. Persistentes, repetidos incansablemente, ejercen ellos también un acto de violencia. Institución y público son sometidos a una acción intangible pero no por ello menos inocente. (3)

De la misma manera, una balacera en un país cualquiera, la exacerbación del derrame de tripas y sangre, los golpes a la carne como acto de dolor interminable, los primeros planos y la monumentalización de la imagen o la palabra —en tanto oráculo o como estrategia de guerra— obstruyendo el deambular libre son discursos poderosos, ellos también, para ser arrojados al espectador.

Si los cuerpos muertos son ya fáciles de ignorar, la obra de Ježik, su cúmulo de vísceras y cuerpos perforados señala y obliga a enfrentar la repugnancia de los desechos de la muerte.

                                                                                                     María Teresa Constantin

 

(1) Tomado de una conversación por correo electrónico.

(2) Cuauthémoc Medina, “La fiesta interminable”, en Obstruir, destruir, ocultar. Enrique Jezik, México, UNAM/MUAC, 2011.

(3) Susan Cusik, musicóloga de la New York University, ha investigado la violencia acústica en las guerras contemporáneas. En sus casos —Irlanda del Norte, EEUU, entre otros— analiza cómo la repetición y la música en alto volumen son tortura psicológica pero también efecto físico, y fueron utilizados no solo en prisioneros sino también en el entrenamiento de las tropas para desarrollar su resistencia.

 

 

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