Living de Frans Zwartjes

Amsterdam, Holanda. 1971.
Living
Franz Zwartjes
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Frans Zwartjes

Living, 1971

Holanda, 15min

La película es parte de la serie ‘Hogar dulce hogar‘, en la que Zwartjes explora la casa en La Haya a la que acababa de mudarse en ese momento.
Zwartjes interpreta al personaje principal y, al mismo tiempo, maneja la cámara, que se toma de mano mientras se graba. Su esposa y musa Trix desempeña el otro papel. Los dos personajes se mueven inquietos por la casa. La película se realizó con una lente gran angular extrema (una 5.7), lo que le da a la imagen una fuerte sensación de distanciamiento.

Calificado por Susan Sontag como «el cineasta experimental más importante de su generación», Frans Zwartjes se hizo famoso a finales de los años sesenta a través de sus películas voyeurísticas cargadas de un alto contenido sexual que indagaban las extravagancias de la burguesía de puertas adentro.

Histérico, cruel y técnicamente radical, Zwartjes ha inspirado a una generación de artistas internacionales con su chocante originalidad y sus desafiantes métodos independientes. El cineasta fue, además, un destacado músico, fabricante de violines, artista y escultor, y un incansable trabajador hasta poco antes de su muerte en 2017.

 

FRANS ZWARTJES: STILL LIVING

Peckham 2008: catatónico. Estoy tumbado en la cama con dos amigos tras varios días perdidos con los Agent Orange (el famoso sedante que Jay M. Escobar receta en Tadcaster). En el correo llega un paquete inesperado que contiene un DVD con las iniciales «G.N.I.» en letra muy pequeña, enviado por error (o quizá no) desde una dirección que relaciono después con una autoescuela de Suffolk.

En el DVD hay una selección de trabajos de una santísima trinidad de cineastas, todos desconocidos para mí por aquel entonces. La Inglaterra de clase media que Tony Hill se dedica a volver del revés y la… mmm… Tactilidad-Pictolumínica-Auditiva de José Val Del Omar son preámbulos extáticos de Liberated Film, pero es Living, la epopeya de dieciséis minutos de Frans Zwartjes, la que hace que cualquier intento de reconciliarme con la realidad -de cuya existencia soy consciente- sea en vano.

En Living, dos personajes de apariencia nórdica van flotando de pared vacía en pared vacía en el primer selfie en movimiento jamás filmado: Frans, el Mago, burla de un burgués que ejecuta el inquietante gesto de llevarse un pañuelo a la boca, y Trix, la voluptuosa hechicera en plena búsqueda letárgica. Y luego la música: capa tras capa de un sintetizador Moog y de un órgano con efecto phaser que va entrando y saliendo, que desafía, purifica y despeja por completo mi forma de percibirlo todo. Salgo de la cama y concibo a grandes rasgos purge.xxx, el sello discográfico con menos ambiciones del mundo. Así empieza un periplo de cinco años en busca de la mente que se esconde tras el pañuelo y de la posibilidad de editar esa música.

Es Reyke, la hija de Frans y Trix, quien finalmente acepta que nos veamos y me envía una invitación para el EYE Filmuseum de Ámsterdam. Accedo a un pequeño préstamo del Ministerio de Trabajo y cojo el primer megabus con destino a Ámsterdam. Llego con tiempo de sobra al lugar de la cita, mi nerviosismo se ve compensado por la promesa de unas barcas atracadas fuera que aparentemente están libres y por la distracción que me ofrece el único uniforme por el que he sentido verdadera admiración: el que lleva el personal del EYE. Pero mientras paseo la vista por entre las barcas y los petos, todo culmina con la aparición de dos resplandecientes figuras que se deslizan por el auditorio. Frans y Trix Zwartjes. Comemos, nos reímos -contrariamente a lo que se piensa, no hay mucho más que se pueda hacer ante la barrera idiomática- y pasa otro año hasta que se me concede el permiso para acceder al archivo agónicamente misterioso y supuestamente infinito de los Zwartjes.

Cuando llegué a La Haya en 2013, lo primero que pensé es que parecía un lugar perfecto para esconderse. Me alojé en la cámara frigorífica del Papanatos, una antigua carnicería reconvertida en estudio de tatuajes, y tal y como es preciso cuando a uno le asignan un encargo realmente importante, corté todo contacto con mi vida anterior.

Para mi sorpresa, Frans y Trix seguían viviendo en la misma casa donde se rodó Living. Una vez allí, me guiaron por la mítica barandilla de la escalera de color rojo hasta llegar al estudio de Frans. Él estaba junto a la ventana con las persianas prácticamente cerradas (siempre prácticamente cerradas) mirando al exterior. Me quedé maravillado observando su habitación, que desde Living se había ido llenando con muestras de VIDA: casetes, cintas de audio, bobinas de película, cámaras, retratos de la deidad también conocida como Moniek Toebosch, imágenes de su amigo Stephen Dwoskin observando una Bolex (y un par de piernas muy finas), muebles experimentales e inéditos de la Holanda de los sesenta, cuadros abstractos de futuros posibles e ilustraciones inmaculadas procedentes de la mitología griega. Toda la obra de Zwartjes.

Frans y yo nos pasamos días escuchando, transfiriendo y archivando (una pequeña parte de) sus experimentos sónicos analógicos, que van desde los años sesenta hasta finales de los noventa. Nos comunicábamos únicamente por medio de gestos, o, en las pocas ocasiones en que era necesario, utilizábamos palabras como «mierda» u «obra maestra», sin admitir ningún término medio. Mi papel en el proceso era empalmar, recopilar y manipular con delicadeza las florituras y los fragmentos, de forma que surgiesen nuevas piezas o composiciones más largas a partir de los cut-ups de Zwartjes. El resultado de todo esto fue el primer álbum de purge.xxx: Music by Frans Zwartjes, recientemente reeditado en Trunk Records como Tapes 1.

De mi segunda visita surgiría The Teacher, un álbum de música improvisada que Zwartjes hizo mientras daba clases en la Free Academy de La Haya (y que sacará Trunk dentro de poco bajo el título de Tapes 2). Las siguientes visitas supondrían siempre nuevos descubrimientos; consideraciones y observaciones que harían aumentar mi admiración por su obra y mi gratitud por su amistad (…).

Stanley Schtinter

Colabora regularmente con el cineasta / músico experimental Frans Zwartjes, y recientemente lanzó sus composiciones a través de su sello purge.xxx. Fue curador de la temporada de películas de Iain Sinclair, de 70 × 70, y actualmente está escribiendo un largometraje dirigido por Chris Petit. Ha exhibido y comisariado internacionalmente en lugares como el Institute of Contemporary Arts y The Barbican (Londres). Vive y trabaja en Atenas y Londres.

* Texto extraído del programa del ciclo Centrix en el CCCB. Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Abril 2018.

 

Sobre Frans Zwartjes

(1927-2017) Fue un cineasta, músico, lutier, artista y escultor. En los años 60 se dio a conocer con sus films de tono voyeurístico cargados de un contenido sexual que indagaban en las extravagancias que la burguesía escondía bajo sus puertas cerradas. Histérico, cruel y técnicamente radical; Zwartjes ha inspirado a una generación de cineastas y músicos internacionales por su originalidad y su desafiante método independiente.

 

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