Felix Gonzalez-Torres. Política de la relación

Barcelona, Catalunya. España. Del 26 de marzo al 12 de septiembre 2021
Felix Gonzalez-Torres. Política de la relación
MACBA Museu d’Art Contemporani de Barcelona
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Felix Gonzalez-Torres
«Untitled» (Perfect Lovers)
1987-1990
Relojes de pared
Medidas del reloj original: 34.3 cm de diámetro cada uno
Edición de 3, 1 PA
Wadsworth Atheneum Museum of Art, Hartford, CT, Estados Unidos
Cortesía de Peter Norton Family Foundation
© Felix Gonzalez-Torres
Cortesía de Felix Gonzalez-Torres Foundation

 

Felix Gonzalez-Torres. Política de la relación

El MACBA repiensa la obra de Felix Gonzalez-Torres

Felix Gonzalez-Torres. Política de la relación brinda la oportunidad de presentar una nueva lectura de uno de los artistas más influyentes del siglo XX, poniendo el acento en su relación con España, el continente americano i el Caribe, e incidiendo en cuestiones como la memoria, la autoridad, la libertad y la identidad nacional. Para Gonzalez-Torres lo personal es político, y en sus obras explora el diálogo entre lo privado o invisible y lo público.

El arte de Gonzalez-Torres puede ser leído como una crítica al conservadurismo social, las actitudes homófobas y además como una advertencia del peligro del auge de la ultraderecha. Sus obras desafían al espectador utilizando estrategias y códigos clandestinos, como el sutil uso del lenguaje en sus títulos, que en algunos casos devienen una suerte de contraseña, o mediante el empleo recurrente de objetos emparejados, que como símbolos de igualdad y de «amantes perfectos», pueden aludir al amor homosexual escapando a la censura.

La exposición, comisariada por Tanya Barson, es la más ambiciosa presentada en nuestro país y una de las más significativas de las realizadas en Europa en los últimos años. Reúne aproximadamente 40 obras organizadas en cuatro salas, cada una de ellas centrada en un conjunto de ideas: una lectura política de su obra; la noción de pareja; lo existencial y, por último, el patriotismo y el militarismo conectados con el machismo y el deseo homoerótico. La exposición también subraya la influencia formativa de Gonzalez Torres en la estética queer.

La muestra se expande más allá del edificio del MACBA con obras como “Untitled” (It’s Just a Matter of Time), de 1992, una posible alerta sobre la amenaza de la extrema derecha que se exhibirá en la fachada de L’Auditori de Barcelona, entre otros espacios de la ciudad y alrededores; la instalación “Untitled” (Loverboy), de 1989, compuesta por unas cortinas de tela translúcida que teñirán de azul (color asociado en la obra del artista al amor, la belleza y el miedo) el Pabellón Mies van der Rohe; y “Untitled” (America), de 1994, que podrá verse en la fachada del MACBA y en la Rambla del Raval. Estas intervenciones evidencian la relevancia en la práctica de Gonzalez-Torres del cuestionamiento de las nociones de espacio público y privado, así como del lugar y el modo en el que se experimentan las obras, consideraciones que revisten mayor importancia aún en el contexto de la actual pandemia.

Título: Felix Gonzalez-Torres. Política de la relación
Inauguración: 25 de marzo de 2021, a las 19.30 h
Fechas: del 26 de marzo al 12 de septiembre de 2021
Organización y producción: MACBA Museu d’Art Contemporani de Barcelona con la generosa colaboración de Felix Gonzalez-Torres Foundation
Comisaria: Tanya Barson
Con el apoyo de: Henry Moore Foundation
En colaboración con: L’Auditori de Barcelona, Pabellón Mies van der Rohe
Agradecimientos: Co-rpus, La Escocesa

Felix GonzalezTorres está representado por Andrea Rosen Gallery y David Zwirner

Caramelos, pilas de papeles, relojes, espejos, cortinas o vallas publicitarias son algunos de los materiales de los que se sirve Felix Gonzalez-Torres (Guáimaro, Cuba, 1957 – Miami, EUA, 1996) para crear poderosas y poéticas obras que desafían al espectador y le animan a construir su propia narración. La exposición Felix Gonzalez-Torres. Política de la relación, comisariada por Tanya Barson, reúne una cuarentena de sus obras en el MACBA y explora una nueva interpretación del trabajo de Gonzalez-Torres a la luz de una lectura política que pone énfasis en su relación con el lugar de exposición, Barcelona. Esta nueva propuesta curatorial sitúa las obras de Gonzalez-Torres en relación con el discurso poscolonial y las historias conectadas de España, el continente americano y el Caribe, especialmente en la medida en que inciden en lo personal a través de cuestiones como la memoria y la amnesia, la autoridad, la libertad y la identidad nacional, y también subraya la influencia decisiva de su obra en la estética queer. En ese sentido, esta exposición monográfica asume la responsabilidad de reexaminar los distintos estratos de la práctica de Gonzalez-Torres y su forma de conectar con historias que en algunas ocasiones no han recibido la atención suficiente en la presentación de su obra. El trabajo de Gonzalez-Torres ha influido no solo en artistas de su propia generación, sino también en un gran número de artistas de las generaciones posteriores.

 

Felix Gonzalez-Torres
”Untitled” (It’s Just a Matter of Time)
1992
Valla publicitaria
Dimensiones variables según la instalación
© Felix Gonzalez-Torres
Cortesía de Felix Gonzalez-Torres Foundation

 

Veinticinco años después de la última exposición monográfica de Gonzalez-Torres en España, que fue comisariada por Nancy Spector en colaboración con Gloria Moure en el CGAC1 , y diez años después de la última monográfica en Europa, Felix Gonzalez-Torres. Política de la relación propone una nueva línea de investigación que quiere complejizar cualquier lectura esencialista que pueda realizarse a partir de una única idea, tema o identidad. El recorrido de la muestra, estructurado en cuatro capítulos, aglutina conjuntos de obras a través de temas que se desarrollan yuxtaponiéndose y dialogando entre sí. La muestra se expande más allá de las salas del museo, en un quinto capítulo, con obras instaladas en espacios como la fachada del MACBA, la Rambla del Raval, el lateral de L’Auditori de Barcelona o el Pabellón Mies van der Rohe.

1 Se trata de una exposición itinerante inaugurada en el Guggenheim de Nueva York (donde estuvo comisariada por Nancy Spector) que viajó en segundo lugar al CGAC, comisariada por Gloria Moure, y seguidamente al Musée d’art moderne de la Ville de Paris, comisariada por Suzanne Pagé y Béatrice Parent.

 

DATOS BIOGRÁFICOS

Felix Gonzalez-Torres nació en Guáimaro, Cuba, en 1957. En 1971, siendo todavía niño, fue enviado junto a su hermana Gloria desde Cuba a Madrid. Poco tiempo después, ambos viajaron a Puerto Rico para ir a vivir con un tío. Fue allí donde Gonzalez-Torres inició sus estudios de arte, que más adelante continuaría en Nueva York, en el Pratt Institute de Brooklyn. En 1987 se incorporó al Group Material, un grupo de artistas que trabajaban de manera colectiva, preocupados por asuntos sociales y adhiriéndose a los principios del activismo durante la emergencia del sida, un período que influyó también en su obra. En 1990 realizó su primera exposición en la galería neoyorquina Andrea Rosen. Junto con David Zwirner, esta galería sigue representando al artista hoy en día. En 1991 Gonzalez-Torres participó en la Bienal del Whitney Museum de Nueva York como artista individual y como integrante del colectivo Group Material. En 1995 el Centro Galego de Arte Contemporánea de Santiago de Compostela le dedicó una amplia exposición. Felix González-Torres murió de complicaciones derivadas del sida en Miami el 9 de enero de 1996, cinco años después del fallecimiento de su pareja Ross Laycock. En 2007 fue elegido de manera póstuma para representar a Estados Unidos en la Bienal de Venecia. La Feria ARCO 2020 sustituyó la figura de país invitado en favor de una reivindicación de la figura de Felix Gonzalez-Torres.

 

LA EXPOSICIÓN

Felix Gonzalez-Torres. Política de la relación

Sala 1

Esta sala acoge la extensa práctica política de Gonzalez-Torres en torno a las ideas de autoridad, juicio y memoria/amnesia. Las obras aluden indirectamente a la cultura autoritaria e imperativa, al fascismo y al conservadurismo social, así como a la represión de la comunidad gay y a actitudes homófobas que podrían remitir a los Estados Unidos durante la crisis del sida en los ochenta y los noventa, si bien en España se observó una represión análoga, no solo durante Franco sino posteriormente. Un lazo visual e ideológico se establece de inmediato gracias a los colores rojo, negro y blanco, que dejan patente el carácter profundamente antifascista del proyecto de Gonzalez-Torres. Aunque las piezas hacen referencia a un momento determinado de la política de los Estados Unidos, en la obra de Gonzalez-Torres ocupa un lugar central la intención de ser intemporal y adaptable al contexto, por lo que también pueden aplicarse a la reciente polarización política durante el mandato del expresidente Donald Trump y su influencia persistente. Y en Barcelona aún podrían dar pie a otra interpretación: la del relato de la República Española, el apoyo de la ciudad condal a aquel gobierno legítimo durante la Guerra Civil y las repercusiones que eso tuvo durante los años posteriores de la dictadura; el de la amnesia y la falta de resolución de España respecto a su propio pasado fascista, con las resonancias contemporáneas del resurgir de la extrema derecha y el populismo. El tiempo en sí, al que varias obras hacen referencia, puede verse asimismo como algo político, sobre todo teniendo en cuenta que, desde Franco, en España los relojes están sincronizados con los de Alemania, y no con los de su propio huso horario.

 

Sala 2

Las obras de esta sala plantean ideas relacionadas con el emparejamiento, el tacto, el desdoblamiento, la semejanza y el equilibrio. Evidencian la importancia de Gonzalez-Torres por ofrecer un lenguaje de lo queer sutil y a menudo deliberadamente críptico, combinado al mismo tiempo con imágenes de la idea de igualdad. Además, vemos como el artista remodela el vocabulario del minimalismo y el arte conceptual para convertirlo en vehículo de contenidos afectivos, una de sus contribuciones más importantes a las nuevas formas artísticas. Y a la vez uno de sus gestos más políticos, pues Gonzalez-Torres era consciente de que su enfoque le permitiría hablar de la homosexualidad, y en concreto tratar el deseo, el amor y la vulnerabilidad homosexuales, esquivando el conservadurismo de extrema derecha y su censura. Al mismo tiempo, el talante abierto de su lenguaje hace que su obra sea accesible a cualquier espectador: aborda la especificidad de la identidad individual pero a la vez ofrece una imagen de equivalencia, comunidad y colectividad. Mediante el diálogo entre lo mutable y lo eterno, la sala sitúa también en primer término ideas sobre el conceptualismo romántico, y demuestra que Gonzalez-Torres bebió del feminismo en su interpretación política de lo personal. El color azul con frecuencia ha simbolizado en su obra el amor o la belleza, además del miedo, y la imagen de las anillas puede interpretarse como alianzas de boda, en referencia al círculo, al 8 o al ∞ (infinito) como símbolos de eternidad o amor perdurable. Este motivo, junto con el de dos objetos circulares idénticos (espejos, relojes, anillas de metal o bombillas), así como el uso de la simetría exacta, suele darse en la obra de Gonzalez-Torres como símbolo de los «amantes perfectos». Muchas de las obras de sus obras se refieren a la crisis del sida, a la fragilidad del cuerpo físico y a la eterna presencia de nuestro impacto en el mundo, por lo que emprende una remodelación de la estética del minimalismo, por ejemplo cuando transforma una cuadrícula minimalista en un reflejo de la salud, la vida y la muerte, o al encarnar la presencia y la ausencia física o material. Estas obras muestran el compromiso del artista con la poesía a través del tema del amor y la pérdida y del diálogo entre la presencia y la ausencia y aquello que perdura. Refuerzan el compromiso de Gonzalez-Torres con la estética queer en la poesía y la literatura, además de sugerir la cuestión del exilio.

 

Sala 3

Organizada en torno a obras de Gonzalez-Torres de cariz más existencialista ―aunque con un contenido político subyacente y una poderosa resonancia contemporánea―, esta sala aborda cuestiones relacionadas con el viaje, la emigración, el exilio, el turismo y la huida/libertad. Ponen en primer término la imaginería del agua, el cielo y las playas, que en el trabajo de Gonzalez-Torres funcionan como amplias metáforas. En España, a lo largo de la dictadura franquista el viaje y el turismo se incorporaron a la narrativa política y a la construcción de la identidad del Estado. Hoy se han convertido en un sector importante de la economía, con un impacto en la existencia misma de algunas comunidades y en la calidad de vida en ciudades como Barcelona. Varias de estas obras expresan de forma manifiesta la idea de la dispersión, en referencia a la de personas pero también a la de los elementos físicos del trabajo, y por lo tanto su aspecto «viral». Además, en la obra de Gonzalez-Torres el tema del trabajo sintetiza además lo que Nancy Spector ha denominado «nomadismo de la mente». Aquí las obras se vinculan por su gama tonal de blanco, azul y gris, así como por su relativa falta de contenido basado en imágenes o su concentración en un patrón general, lo que proporciona al visitante un espacio para reflexionar. Sin perder su poética ambigüedad contemplativa, las obras encarnan la confrontación con la mortalidad y una reflexión sobre la existencia en sí. En varias de las piezas, interpretables a la luz de una historia personal con raíces en el Caribe, observamos una abstracción minimalista y la visión que tiene el artista de la playa como símbolo tanto de utopía como de explotación. Remiten asimismo a la política que rodea al turismo y el exotismo y a los relatos sobre el colonialismo, la migración y el exilio. Del mismo modo, estas obras pueden interpretarse desde la perspectiva de Barcelona y el Mediterráneo en el siglo XXI y de las políticas del movimiento humano a través de los refugiados, las migraciones y el tráfico. Las piezas nos llevan a pensar en los problemas de la industria turística barcelonesa previa a la pandemia, que a menudo era calificada de plaga o invasión, así como en la tolerancia que el régimen de Franco mostró con los complejos turísticos españoles a fin de fomentar la economía.

 

Sala 4

Por medio de esta selección de obras se examinan las ideas de patriotismo, militarismo, machismo y deseo homoerótico, así como el papel de los monumentos en el sentimiento nacionalista de los pueblos. Nancy Spector ha comentado que «los monumentos son registros históricos hechos manifiesto. Suele tratarse de entidades fijas, monolíticas y estáticas en su temática, que indican cuáles deberían ser la historia y los valores de la cultura». En cambio, hoy en día tales monumentos y la cultura que representan están siendo refutados enérgicamente. El complejo compromiso de Gonzalez-Torres con la forma y el significado de los monumentos ocupa un lugar central en esta sala, que experimentará modificaciones en el transcurso de la exposición. Muchas de las obras de Gonzalez-Torres tienen la capacidad de no mostrar una única forma, lo que pone de manifiesto su objeción a una idea inamovible de la historia. Algunas obras aquí reunidas transmiten la atracción (erótica) por hombres uniformados, específicamente en el marco de lo militar. Tanto en su Cuba natal como en España, así como en toda Latinoamérica, tales obras pueden aludir también a la dictadura, así como a una serie de emociones complejas y profundamente contradictorias: del miedo inspirado por el autoritarismo y la persecución, a una admiración, en ocasiones simultánea, por un líder fuerte y poderoso, en especial entre la derecha política. Las obras y su yuxtaposición juegan con el erotismo y subrayan el hecho de que el patriotismo y el militarismo pueden utilizarse para distraer de problemas sociales más acuciantes, como la crisis del sida. Estas obras clarividentes evocan también el contexto de protestas recientes y de llamadas a retirar monumentos coloniales, patriarcales y hegemónicos; un ejemplo es el movimiento Black Lives Matter, pero también movimientos ocurridos aquí, en Barcelona. Estas piezas afianzan la relevancia de las obras de Gonzalez-Torres aún en nuestros tiempos.

 

Fachada

Al igual que muchas obras de Gonzalez-Torres, capaces de adoptar la forma de instalaciones adaptables que invitan al comisario o al propietario a colocarlas en distintas ubicaciones y con distintas configuraciones, sus guirnaldas son una especie de antimonumento. Aquí vemos “Untitled” (America), de 1994, una de sus más ambiciosas obras de este tipo. La componen doce sartas de bombillas (cuatro de ellas instaladas en la fachada del MACBA y ocho en la Rambla del Raval) y fue concebida como una pieza para el exterior en su contexto ideal, lo que evidencia el interés del artista por redefinir los monumentos, tal vez a modo de un encuentro comunitario o una celebración al aire libre. De este modo, la obra aborda la separación arbitraria entre el espacio público y el privado, la ocupación formal e informal de dichos espacios, y cuestiona el límite entre arte y vida. El título tiene las connotaciones enfrentadas del nombre de America, que transmite cosas distintas al público anglosajón y al latino. Para el primero (sobre todo en el marco de los Estados Unidos), apela supuestamente al sentido del patriotismo sin más. Desde la posición del propio Gonzalez-Torres ―cubano de nacimiento y nacionalizado estadounidense― tiene también el significado de un lugar de esperanzas, lo que cuestionaría el nacionalismo o el patriotismo del llamado sueño americano. Desde la perspectiva latinoamericana, es el nombre que se da a los Estados Unidos, aunque en realidad englobe las numerosas naciones del continente; en este sentido, también habla de las exclusiones de la identidad nacional y el patriotismo. El uso de la palabra America pone el foco en el continente americano por entero y demuestra la importancia que Gonzalez-Torres da en sus obras al lenguaje.

 

Pasillo

“Untitled” (Portrait of Andrea Rosen), que ocupa el pasillo, refuerza y expande las ideas examinadas en las salas. Un propósito fundamental de los retratos de Gonzalez-Torres, pintados directamente en la pared, es que puedan ser adaptados perpetuamente mediante anexiones y supresiones al contenido en el contexto de cada manifestación. Cuando los propietarios prestan una obra, pueden optar por autorizar tales decisiones. Aquí, la comisaria ha asumido ese derecho y esa responsabilidad con la obra optando por suprimir los acontecimientos y fechas previos para presentar un texto completamente nuevo, con una serie de fechas sugeridas por esta ubicación y este momento precisos, lo que refleja los relatos sobre representación, raza y colonialismo. Si bien percibimos el retrato como algo fijo, en realidad nosotros siempre cambiamos en respuesta a nuestro contexto; del mismo modo, la obra puede ser en este momento un retrato de esta institución sin dejar de ser un retrato del sujeto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PUBLICACIÓN

La publicación que acompaña la exposición de Felix Gonzalez-Torres situará su obra en relación con el discurso poscolonial y las historias conectadas de España, el continente americano i el Caribe, especialmente en la medida en que inciden en cuestiones en torno a la memoria, la autoridad, la libertad y la identidad nacional. También permitirá documentar las opciones curatoriales elegidas para esta exposición y hasta qué punto las obras pueden experimentar cambios a lo largo de seis meses de exposición como resultado de las decisiones tomadas y de la propia naturaleza de la obra. Incluirá dos ensayos: el de Tanya Barson, relativo a las políticas de relación, y el de Agustín Pérez Rubio, sobre las historias marginales en España. Se han encargado también siete textos breves a varios artistas: Alejandro Cesarco, Dora García, Aimar Pérez Galí, Adam Pendleton, Amalia Pica, Beatriz Santiago Muñoz y Daniel Steegmann, que abordarán aspectos como el uso de la imagen fotográfica, las instrucciones de las instalaciones, el tacto o la diseminación de la obra de Gonzalez-Torres, entre otros. La publicación comprenderá un exhaustivo reportaje fotográfico de las obras del artista en las salas del MACBA, así como documentación de las instalaciones in situ que se muestran en el exterior en varios puntos de Barcelona: en el Pabellón Mies van der Rohe, la Rambla del Raval, L’Auditori i en vallas publicitarias de la ciudad y cercanías. El diseño irá a cargo de Lali Almonacid (http://almonacidestudi.com/). Se prevé realizar una única edición en dos idiomas (español e inglés) de unas 180 páginas aprox.

 

ACTIVIDADES

Actividad inaugural. 25 marzo, 18h Auditorio Meier y online Con motivo de la inauguración de la exposición Felix Gonzalez-Torres. Política de la relación, invitamos a Agustín Pérez Rubio a presentar parte de su investigación en torno a la figura y la obra del artista, y a Andrea Rosen, presidenta de la Fundación Felix Gonzalez-Torres, a conversar sobre la muestra con Tanya Barson, comisaria de la exposición y conservadora jefa del MACBA.

 

CICLO DE CONFERENCIAS

Felix Gonzalez Torres. La performance de lo político
Mié. 26 de mayo: Tanya Barson, comisaria de la exposición.
Mié. 2 de junio: Cabello/Carceller, artistas.
Mié. 9 de junio: Joshua Chambers-Letson, investigador.
Mié. 16 de junio: Pablo Martínez, jefe de Programas, MACBA.
INFO: 19 h. Auditorio Meier. Gratuito. Con inscripción previa en macba.cat.

Agradecimientos: Co-rpus, La Escocesa La exposición continúa en el Pabellón Mies van der Rohe*, en la fachada de L’Auditori de Barcelona, en la Rambla del Raval y en otros espacios de la ciudad y alrededores.

* La entrada a cualquiera de las dos instituciones permite el acceso gratuito a la otra entre el 26 de marzo y el 12 de abril (se deberá presentar la entrada).

 

 

+ info https://www.macba.cat

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