Colección Daros Latinamerica

Buenos Aires, Argentina. Del 4 de julio al 13 de septiembre de 2015
Colección Daros Latinamerica
Fundación PROA
Av. Pedro de Mendoza 1929
La Boca, Caminito
http://www.proa.org

 

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Daros Latinamerica

Inauguración: Sábado 4 de julio 2015- 12hs
Curadores: Katrin Steffen – Rodrigo Alonso
Organización: Embajada de Suiza en Argentina – Daros – Fundación Proa
Auspicia: Tenaris – Organización Techint. artEDU Stiftung, Zürich.

Del 4 de julio al 13 de septiembre de 2015, Fundación Proa presenta por
primera vez en Argentina la Colección Daros Latinamerica, en una exhibición
de obras de artistas latinoamericanos.

Curada conjuntamente por Rodrigo Alonso y Katrin Steffen, la exhibición brinda un muestrario de las nuevas prácticas artísticas del continente en toda su extensión. La mirada, netamente contemporánea de la Colección Daros Latinamerica, se aparta de las versiones regionalistas y folklóricas para ofrecer un panorama de producciones reflexivas y críticas, en sintonía con lo mejor del arte actual. Las obras de los artistas que la integran responden a este criterio curatorial, el cual les permite ofrecer una visión parcial pero significativa del arte más interesante de la región.

Las tensiones geopolíticas, la violencia tanto pública como privada, las resistencias y utopías, y el cuerpo como sede del conflicto social, son algunos de los tópicos abordados por las obras escogidas, cuidadosamente seleccionadas con el fin de transformar al espacio expositivo en una arena para el debate y la reflexión.

La exhibición, que ocupa las cuatro salas de Fundación Proa, está organizada en grupos temáticos.

Sala 1

Esta sala introduce a la discusión sobre lo latinoamericano, la globalización, y los símbolos del poder.

A manera de bienvenida, la bandera argentina de Fabián Marcaccio, From Raging Aggression to Decoration /De la furiosa agresión a la decoración , llama la atención tanto sobre el tratamiento de los símbolos patrios, como sobre la crisis de la pintura. La pieza muestra plásticamente estas tensiones estéticas y políticas. En diálogo con ella, la artista mexicana Teresa Serrano, recurre en Blown Mold /Molde soplado, a ciertos símbolos de la Iglesia Católica y los materializa mediante el vidrio soplado, una artesanía popular en su país.

El video de Jorge Macchi, 12 Short Songs /12 canciones cortas, recurre a la memoria infantil de la caja de música para procesar titulares periodísticos que aluden a la crisis global, en un juego que entremezcla lo lúdico y lo perverso.

Finalmente, Milena Bonilla, en su obra El Capital /Manuscrito Siniestro, reproduce con su mano izquierda el famoso libro El Capital de Karl Marx, una obra que ha devenido en símbolo de gran parte de la historia reciente, y que posee todavía una importante influencia ideológica sobre nuestra región.

Sala 2

En esta sala predominan las referencias a lo cotidiano. La bienvenida corresponde esta vez a la obra de Doris Salcedo, un ropero clausurado por el cemento, pesado por la historia de aquello que guarda y tal vez oculta. Su presencia estremece. Su extrañeza radical pareciera recordar a ciertos objetos de las pinturas de René Magritte. El video de Mauricio Alejo, Memoria, se centra en la tensión de un trozo de papel, en su fuerza interior y su despliegue, que se prolonga en el tiempo como la memoria a la que hace referencia en su título. Rosemberg Sandoval, en su obra performática Mugre, realiza una ironización sobre las obras pictóricas abstractas, realizando una “pintura” con la suciedad de un vagabundo, con la intención de llevar la realidad adentro del museo, pulcro, limpio, sacralizado. Como Marcaccio, Sandoval reflexiona también sobre la crisis del arte y de la pintura. La monumental obra escultórica, Someca de Los Carpinteros, y sus trabajos en acuarela, retoman los iconos que nos rodean, edificios emblemáticos transformados en objetos donde se guarda algo, donde cada uno atesora y custodia su propia historia. En estas obras sobre papel, se hace presente el tiempo, se plasma la evolución de los utensilios que nos rodean. Cierra la sala la monumental obra WWW (World Map) de Vik Muniz, un mapamundi construido con desechos tecnológicos que nos propone reflexionar sobre el mundo contemporáneo y las consecuencias del progreso.

Sala 3

Esta sala hace hincapié en el cuerpo como sede de las marcas sociales. Los cuerpos mutilados de las obras Caquetá, David Nro. 5 y Nro. 2, de Miguel Angel Rojas, nos enfrentan a los desastres de la guerra, a la violencia que supo ser cotidiana en su Colombia natal. La belleza busca una vía para mitigar el horror. Frente a él, Rosângela Rennó rescata en sus fotografías las pieles tatuadas de presidiarios, que son vehículos para símbolos de amor, religión, y memoria; marcas que llevan grabadas en sus cuerpos como último refugio. Los objetos del Mostrador de boutique-Peletería humana de Nicola Constantino están realizados con calcos de tetillas, pezones, y color de piel humana, exaltan la contradicción entre el ultraje y la violencia que encarnan, y mediante la belleza que produce el arte, se ofrece irónicamente a la comercialización. Marcos López , en Autopsia, y Dario Escobar en La anunciación retoman imágenes de la historia del arte para actualizarlas en contextos incongruentes que remiten al pasado y la cultura latinoamericana. El video Bocas de Ceniza de Juan Manuel Echavarría se basa en el legado de las historias orales, propio del lugar en el que fue realizado. Las personas retratadas relatan masacres mediante cantos no exentos de poesía y que conmueven al espectador por la belleza y la profundidad de sus narraciones. La acción Limpieza Social de Regina José Galindo, que ofrece su cuerpo como sede para manifestar la represión social, dialoga con la instalación de Teresa Margolles,Trepanaciones, Sonidos de la morgue, quien reproduce el sonido penetrante de una trepanación.

Escalera

En este espacio se escucha el audio de la obra La Carrera de Humberto Veléz, que parodia la “seriedad” que los panameños le otorgan a las carreras de caballos. En esta obra, los caballos llevan nombres tales como: Miss Panamá, Papi rico, Oligarca, Visa Americana, One dólar, entre otros, que ironizan sobre las polarizaciones de las clases sociales en Panamá.

Sala 4

Lo lúdico y lo maravilloso coinciden en esta sala. Nadín Ospina, en Ídolo con calavera, Crítico extático, y Chacmool, entrecruza imágenes del mundo globalizado con las formas de las culturas prehispánicas. Este diálogo entre la materia ancestral y la imagen contemporánea sorprende por su carácter irónico, arbitrario e infantil. Junto a ellas, el video de Javier Téllez, Letter on the Blind, For the Use ofThose Who See / Carta sobre los ciegos, para el uso de los que ven, muestra cómo un grupo de no videntes de nacimiento reconstruyen la imagen de un elefante sin haberlo visto jamás. Sus testimonios nos hablan sobre los diversos modos de creación y sobre la potencialidad humana para trascender la oscuridad de su propio mundo. Oscuridad y luz están también en la base de la obra de Leandro Erlich. La construcción de la situación surge de una asociación entre historia y preconceptos que el artista intenta cuestionar. Luz y oscuridad vuelven a aparecer en la intermitencia de la resistencia eléctrica de Gonzalo Díaz, que toma un concepto de profunda carga política en tono metafórico. El recorrido finaliza con el video Coexistencia de Donna Conlon, en el cual el trabajo de las hormigas es comparable al esfuerzo humano en equipo. Las hormigas mueven banderas y símbolos de paz y el video nos propone reflexionar sobre el poder de lo colectivo.

De esta forma, la exhibición comienza y cierra con banderas, emblemas de nacionalidad y territorio, y que nos invitan a repensar lo global y lo local.

 

 

Fidelidad en la diversidad
por Adriana Rosenberg

Traté de practicar sistemáticamente esta escritura discontinua, que además tiene para mí la ventaja de descentrar el sentido. La disertación, si se quiere, siempre tiende a imponer un sentido final: se construye un sentido, un razonamiento para concluir, para dar un sentido a lo que uno dice. Ahora bien, para mí, justamente, el gran problema es eximir el sentido, imprimirle una suerte de trastorno*
Roland Barthes

La vasta colección Daros Latinamerica, integrada por más de mil obras de artistas nacidos en nuestra región, nació en Suiza en los albores del nuevo milenio, y desde entonces se fue nutriendo no sólo de obras de reconocidos o nóveles artistas, sino también gracias a innumerables encuentros personales y viajes transatlánticos. El proyecto de presentar una selección destacada de obras de la colección en Fundación Proa también es fruto de esos encuentros, y se inició hace dos años con una visita del curador Rodrigo Alonso a la sede de Zúrich para sumergirse en ese mundo inabarcable, aventura a la que se sumó la curadora Katrin Steffen.
Como dice Hans-Michael Herzog, curador en jefe de la Daros, en la interesante entrevista concedida para esta exhibición e incluida en este catálogo, una de las ideas principales del proyecto de la colección fue no solo hacer exposiciones, sino también reunir a gente latinoamericana que no se conocía entre sí. Que la Casa Daros fuera un punto de encuentro y de diálogo, siempre activo y con las puertas abiertas. De allí surgieron unas conversaciones riquísimas. Fue, esencialmente, una plataforma de servicio para que naciera algo prolífico entre todos, que pudiera extenderse más allá· de Daros. Como testimonio de esos encuentros, este catálogo incluye fragmentos de las numerosas entrevistas realizadas por Herzog a muchos de los artistas presentes en la colección, donde se explayan sobre cuestiones cruciales del proceso creativo, sin tampoco esquivar los costados ríspidos de la producción artística en la región latinoamericana.
Por su concepción curatorial y hasta por la singularidad de su nombre -nótese la transliteración de la pronunciación inglesa “Latinamerica”- la colección Daros nos propone rechazar la existencia misma de un arte latinoamericano como tal, así como de cualquier otra categorización regionalista que pueda coartar no solo la libertad de los artistas a la hora de elegir sus temas y medios expresivos, sino también y fundamentalmente la libertad del espectador, que cuando es adiestrado en preconceptos y nociones totalizantes, empieza a encontrar en las obras lo esperable, y a ver en ellas lo previsible.
Los puntos nodales, de encuentro, aparecen en los fragmentos, que al decir de Barthes, proponen una lectura discontinua que exime del sentido y refleja la más variada diversidad cultural. Se trata de una fidelidad en la diversidad que no obstante permite, como señala Rodrigo Alonso en su texto curatorial, “encontrar senderos que señalan ciertas preocupaciones comunes. Las tensiones geopolíticas, las violencias públicas y privadas, las resistencias y utopías, el cuerpo como sede del conflicto social son algunos de los tópicos abordados por las obras escogidas para conformar esta muestra, las cuales fueron cuidadosamente seleccionadas con el fin de transformar al espacio expositivo en una arena para el debate y la reflexión”.
Del inmenso acervo de la colección suiza, integrada también por un nutrido grupo de argentinos, el recorte curatorial de esta muestra busca privilegiar la presencia de artistas cuya obra ha sido poco vista en nuestro país, y el panorama del arte latinoamericano que nos devuelve es el de una región creativa, experimental, inmersa en el mundo y en lo universal.
Recientemente, Daros Latinamerica ha comunicado su decisión de abandonar el coleccionismo. En uno de sus golpes de dados, el destino quiso que esta exhibición en Buenos Aires fuese tal vez una de las ?últimas oportunidades de recorrer la magnífica colección. Conscientes de ese privilegio, en Fundación Proa sabemos que esta muestra no solo plantea los interrogantes propios de las obras exhibidas, sino que suma incógnitas sobre el futuro de las mismas, así como del extraordinario archivo de la colección, y de su sede en Rio de Janeiro. Una vez más, como decía Barthes, “el gran problema es eximir el sentido, imprimirle una suerte de trastorno. En ese contexto esta muestra y este catálogo es uno de los documentos finales de un sueño que comenzó con el siglo.
Desde aquí, hacemos votos para que esas obras sean pronto de dominio público.
Agradecemos a Hans por su tenacidad, inteligencia y talento para difundir estas obras con una cálida mirada. A Katrin que supo dialogar con el curador Rodrigo Alonso respetuosa y generosamente. A Felicitas por poner a disposición los textos, fotografías, y archivos de la colección a nuestros investigadores.
Agradecemos a los artistas, a los equipos de trabajo de ambas instituciones y a Tenaris, Organización Techint, por hacer todo esto posible.

*Fragmento de una de las dos entrevistas realizadas en 1975 y 1977 por Norman Biron para la emisión «Libros y Hombres» de Radio-Canadá,
traducidas por Alejandro Pablo Pignato.

 

Entrevista Hans-Michael Herzog
Daros Latinamerica

¿Cómo fueron los inicios de Daros Latinamerica?

Empezó en el año 2000, cuando Ruth Schmidheiny, la dueña de Daros, decidió comenzar una colección de arte latinoamericano. Ella conocía muy bien la región, tenía una estancia aquí en Buenos Aires y sentía una afición muy profunda por la zona.
Nos conocimos en 1999. En ese momento, yo era prácticamente el único de Europa Central que había viajado y se había adentrado en el arte latinoamericano. Firmamos un acuerdo y comenzamos a coleccionar. La idea original era coleccionar por diez años y luego ver qué ocurría. Sin embargo, todo fue mucho más veloz. Al principio, nos habíamos propuesto encontrar un lugar para albergar la colección en Latinoamérica. Sin embargo, conseguimos unas salas en Zúrich, la Daros Exhibition Space, una casa que antes funcionaba como cervecería. Al segundo año de iniciada la colección tuvimos nuestra primera muestra, titulada “La mirada”, centrada en fotografía. Comenzamos así a entablar una relación con el público suizo-europeo e internacional.
Continuábamos con el deseo de tener sedes en Latinoamérica. Incluso hasta pensamos en dos locaciones, una en La Habana y otra en Brasil. En Cuba iniciamos las negociaciones en el 2000 y logramos progresar bastante, hasta que en el año 2003 Cuba perdió apoyo internacional (fue el año del secuestro de muchos disidentes y de muchas restricciones por parte de Fidel Castro), y eso significó que el proyecto no pudo continuar.
Fuimos a Río de Janeiro, en donde estuvimos tres años buscando un lugar, hasta que encontramos lo que sería la futura Casa Daros.

¿Cuál es el criterio que guía la selección de las obras de Daros Latinamerica?

Tuve tiempo de viajar y de establecer relaciones muy estrechas y profundas con los distintos artistas. A lo largo de todos estos años, he visitado muchísimos estudios de artistas. Pude conectarme con todo tipo de gente (conocida y desconocida), hablando con todos, escuchando a todos, desde la mañana hasta la noche. Nunca tuve una agenda predeterminada de antemano. Fui recogiendo muchísima background information y pude hacer mis propias selecciones después de conocer al artista y su obra entera, y de hablar personalmente con él sobre su producción. Nunca adquirí obras de segunda categoría de un artista, cualquiera que sea. El criterio fue siempre tener lo mejor de una producción.

¿Cuál fue su formación artística?

Soy Historiador de Arte e hice mi tesis sobre arte medieval. Trabajé muchos años como crítico en varios periódicos y revistas, y también me desempeñé como profesor universitario. Ya para el año 90 me había empezado a cansar un poco del eje europeo-norteamericano del ámbito artístico, que yo consideraba repetitivo. En el 94 realicé una exposición de Manolo Millares, un expresionista abstracto español de las islas Canarias. Conocí a los colegas del CAAM en Las Palmas de Gran Canaria. Ellos se consideraban (y se siguen considerando) un nexo entre África, América y Europa. Allí comencé a entender y a interiorizarme en el arte africano y latinoamericano. En mi tiempo libre estudiaba y viajaba. Ellos me abrieron los ojos. Para mí fue un arte nuevo, distinto importante e interesante. Quise saber más y aprender, salirme del intercambio entre Estados Unidos y Europa.
Hay que tener en cuenta que en los 90 no se hablaba todavía de globalización, y no había mucha gente que saliera y buscara arte de este modo.

¿Cuál es el tema central de la colección?

Para mí es fundamental que las obras no sean “arte por arte”, meros juegos formalistas. Me interesa que tengan una legibilidad en varios niveles, que no se agoten en una única y primera mirada. Que puedan dialogar abiertamente con los espectadores. Cualquiera sea la forma, la materia o la consistencia (tenemos obras muy variadas en estos términos), me inclino por obras que hablen también de la vida, de lo social, pero filtrado por una visión artística.
Daros fue una plataforma de lanzamiento fundamental para los artistas, sobre todo en los primeros años. Cuando yo empecé, no había mucha gente que se dedicara a buscar y coleccionar obras de países latinoamericanos. Después sí ya había muchísimos más coleccionistas.

¿Cómo fue el proyecto de Daros en Brasil?

Fue un proyecto educativo que funcionó muy bien bajo el auspicio de Eugenio Valdés y que estuvo basado en las ideas del pedagogo Paulo Freire. Buscaba implementar un modelo que no fuera ex cátedra, hacia abajo, sino más horizontal e integrador. Trabajamos con artistas educadores, muchos de ellos muy jóvenes, que se dirigían a un público muy diverso (de las universidades, de las favelas, jóvenes o adultos). Queríamos reflexionar sobre el proceso creativo: ¿qué es el acto de creación?, ¿Cómo se hace?, ¿En qué consiste? Que el arte no fuera algo enigmático, que nadie pudiera comprender, sino que fuera transparente y claro. Porque la obra pasa contigo y “entigo”. Además, ellos imprimieron, para cada exhibición, un libro de educación sumamente completo. Fue un trabajo extraordinario.
Una de las ideas principales de este proyecto fue no solo hacer exposiciones, sino también reunir a gente latinoamericana que no se conocía entre sí. Que la Casa Daros fuera un punto de encuentro y de diálogo, siempre activo y con las puertas abiertas. De allí surgieron unas conversaciones riquísimas. Fue, esencialmente, una plataforma de servicio para que naciera algo prolífico entre todos, que pudiera extenderse más allá de Daros.

¿Cómo trabajan con los curadores?

Nos gusta que alguien de afuera haga su selección. Otras veces, la hemos hecho nosotros mismos (como en septiembre, que exhibiremos en Alemania y en donde trabajamos con dos curadores nuestros y dos del museo de allá). Generalmente, yo prefiero que alguien que no conoce la colección se informe y seleccione lo que él considere interesante.

Entrevista realizada por Julieta Goldin y Josefina Insausti, del Departamento de Prensa de Fundación Proa, en mayo de 2015.

 

Acerca de Daros Latinamerica

Fundada en el año 2000 por la coleccionista suiza Ruth Schmidheiny, Daros Latinamerica es una institución de arte con sede en Zúrich que tiene por objeto la creación y conservación de una colección de arte contemporáneo de América Latina. Con una intensa actividad expositora internacional, numerosas publicaciones, la biblioteca más amplia de Europa sobre el tema y una red internacional en expansión, Daros Latinamerica reúne los requisitos para establecer un diálogo duradero entre el arte y los artistas de América Latina y un público internacional.

Tras 10 años de exitosas actividades expositivas en el Löwenbräu-Areal de Zúrich, Daros Latinamerica organiza, desde 2013, en Casa Daros en Río de Janeiro, exposiciones con obras de su propia colección. A lo largo de unas 20 muestras, así como de numerosas performances, conferencias, charlas con artistas, talleres y otros encuentros creativos, se han presentado en Brasil los pilares de la colección y se ha establecido un intenso diálogo en América Latina sobre el arte del continente. Paralelamente a las actividades de exposición en Río de Janeiro, la Colección Daros Latinamerica se expone en museos e instituciones de todo el mundo en el marco de numerosos proyectos de colaboración.

La Colección

La Colección Daros Latinamerica, con sede en Zúrich, constituye una de las colecciones más amplias de arte contemporáneo de América Latina.

Hoy cuenta con más de mil trabajos realizados por más de cien artistas, obras individuales y grupos de obras de todos los medios y géneros, creados desde los años 60 hasta la actualidad. En el centro de interés de la colección se encuentra la obra y su autor, así como el trato respetuoso hacia ambos. Para ello resulta indispensable mantener un estrecho contacto con los artistas y generar una relación de confianza.

El criterio que sostiene la colección no es el de una totalidad enciclopédica, sino el de la convincente fuerza expresiva y la relevancia del arte, sea dentro del conjunto de la obra de un artista o en su contexto histórico. Por eso, en ella se integran obras que pueden ser leídas en los niveles más diversos: obras que evitan la anécdota local o pasajera; obras en las que medio y contenido se vinculan para producir sentido; obras que tengan por tema las profundas relaciones estéticas, sociales y humanas. Gracias a su consistencia, variedad y calidad, la Colección Daros Latinamerica se expone en museos e instituciones de todo el mundo en el marco de numerosos proyectos de colaboración.

 

Curadores

Katrin Steffen

Desde el 2006, es curadora de Daros Latinamerica Collection. Estudió historia del arte en Basilea y Paris. Trabajo en el Kunst Museum y en el Centro Pompidou. Fue curadora de la exposición de obras de la Colección Daros Al calor del pensamiento en el Museo del Banco Santander (Madrid, 2009) y co-curadora de las exposiciones realizadas en el Museo Daros (Zürich) con Hans Herzog, el Director de la Colección. Juntos editaron los catálogos de las exposiciones de Daros. Katrin Steffen, también es fundadora del Festival de Artes electrónicas de Basilea.

Rodrigo Alonso

Licenciado en Artes por la Universidad de Buenos Aires, especializado en arte contemporáneo y nuevos medios. Es profesor de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, la Universidad del Salvador y el Instituto Universitario Nacional de Artes. También es profesor y miembro del Comité Asesor del Master en Comisariado y Prácticas Culturales en Arte y Nuevos Medios del MECAD, en Barcelona, y profesor invitado por importantes universidades, congresos y foros internacionales en América Latina y Europa. Es co-director del Taller de Arte Interactivo del Espacio Fundación Telefónica. Entre numerosas muestras, en los últimos años ha curado en Fundación Proa: Imán: Nueva York (2010), Sistemas, Acciones y Procesos. 1965-1975 (2011), Arte de Contradicciones. Pop, realismos y política. Brasil – Argentina 1960, en co-curaduría con Paulo Herkenhoff (2012) y Acción Urgente junto a Cecilia Rabossi (2014). En 2011 fue designado curador del pabellón argentino en la 54ª Bienal de Venecia. Es escritor, crítico y colaborador en libros, revistas de arte y catálogos. Entre sus libros, destacamos: Muntadas. Con/Textos, Ansia y Devoción, Jaime Davidovich. Video Works. 1970-2000 y No sabe/No contesta. Prácticas fotográficas contemporáneas desde América Latina.

 

Créditos

Colección Daros Latinamerica

Idea y proyecto
Hans-Michael Herzog
Adriana Rosenberg

Curadores
Katrin Steffen
Rodrigo Alonso

Organización
Embajada de Suiza en Argentina
Daros Latinamerica, Zúrich.
Fundación Proa, Buenos Aires

Investigación y producción
Daros: Felicitas Rauch
Domingo Eduardo Ramos
F. Proa: Cintia Mezza – Cecilia Jaime

Montaje
Pablo Zaefferer – Soledad Oliva

Conservación
Teresa Gowland
Käthe Walser

Diseño de imagen
Mario Gemin
Pedro Cendoya Nuevo
Dpto. de Diseño, F. Proa

Educación
Paulina Guarnieri
Rosario García Martínez
Camila Villarruel

Educadores
Noemí Aira
Cora Papic
Laia Ros Comerma
Juan Carlos Urrutia

 

+ info http://www.proa.org

con el apoyo de
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