Juana Figueroa, la Santa Popular de Salta

Salta, Argentina. 14 de enero 2020.
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Juana Figueroa, la Santa Popular de Salta

A mediados del mes octubre de 2019 nos propusimos recorrer los lugares de memoria histórica vinculados a la santa popular Juana Figueroa intentando comprender su culto y reconstruir su biografía alterada por el paso del tiempo.

La historia de Juana Figueroa empieza y termina en la región de Salta. Fundada en 1582, la ciudad de Salta se encuentra ubicada en el noroeste argentino una zona donde además de cierta mística telúrica encontramos intensos ejemplos de espiritualidad que vinculan su impronta a movimientos devocionales como el Señor y la Virgen del Milagro cuyas imágenes custodiadas en la Catedral son de fines del siglo XVII o el mas reciente sobre las apariciones de la Virgen del Cerro quien comenzó a presentarse a una vecina de la zona, María Livia, a primeros de los años noventa en la zona de Tres Cerritos.
De Juana Figueroa no sabríamos nada si su marido no la hubiera asesinado. Apareció muerta en una zanja (hoy Canal de Avenida Yrigoyen) cerca del Puente Blanco que se encontraba entonces en las afueras de la ciudad y a donde fue arrastrada desde la Estación del Ferrocarril por el llamado camino de la Soledad.

 

 

 

 

El periódico salteño «La Montaña» presentó el asesinato con el siguiente titular «Hallazgo fúnebre» relatando de esa manera el descubrimiento del cadáver:

Ayer por la tarde algunos menores, hijos del administrador del Cementerio, en circunstancias que se dirigían a bañarse en la corriente de agua de La Zanja del Estado, en la dirección de la calle San Luis, a una corta distancia del este del Puente denominado Blanco, sintieron un olor nauseabundo que parecía salir del medio de los yuyos de ese punto. Los menores de referencia dieron aviso a sus padres del hallazgo fúnebre y acto continuo éste se apresuró a dar cuenta a la policía”.

Así pues el primer punto de reconocimiento para entender este feminicidio fue precisamente el canal donde por un tiempo hubo un monolito conmemorativo y hoy es una zona de intenso tráfico donde un árbol señala la nueva ubicación de recordatorio del anima.

 

 

La tipografía y la manera de indicarlo nos revelan precisamente la personalidad del cuidador del lugar que le rinde memoria, el señor Ernesto Maciel quien además es el artífice de la construcción de su “gruta”. La gruta realizada a través del Programa de Padrinazgo que lleva adelante la municipalidad es el recinto donde se venera a esta santa popular. Durante años, desde 1985, tanto el antiguo como el actual santuario fue cuidado diariamente por el señor Maciel. Su devoción se remontaba al momento en el que trabajaba de chofer y cuando como él relataba ser milagrosamente salvado por la fé en ella. (lamentablemente no fue posible entrevistarle ya que falleció el 23 de septiembre con 75 años).

 

 

La gruta trasladada en 2017 a la esquina de Talavera e Yrigoyen, frente a la gasolinera genera un espacio de retiro en una pequeña plazoleta con un jardín acotado por unas cuidadas vallas metálicas, plantas y unos bancos. Rematado por una cruz, los farolitos que lo custodian se iluminan de noche.

 

 

 

 

Se denominan “Grutas” a una especie de capillas realizadas con materiales sencillos (ladrillos, uralitas, chapas) que permiten generar un espacio cerrado a modo de memoradum y oratorio. Estas son las declaraciones del día de la inauguración:

 

Si bien la veneración a Juana Figueroa, incluye su tumba en el cementerio de Santa Cruz donde, especialmente los lunes, los fieles le llevan velas y se acercan a rezar, sin embargo actualmente este lugar se encuentra muy abandonado.

 

 

 

Acudimos al cementerio, donde también se encuentra la tumba de otro santo popular Pedrito Sangueso, junto con Ana Costa y Ana María Gallardo. Allí la historiadora Ana María Gallardo nos relató así su visión y contexto

Por otra parte, según el poeta e historiador Miguel Angel Cáseres:

“El mal comportamiento de la mujer y los exacerbados celos del marido no ayudaron a una buena relación. Heredia había descubierto los amoríos de Juana con Calixto Caseres, con quien se había fugado el año anterior a Buenos Aires y de regreso a Salta continuaba sus amoríos en La Merced. Esta no deja de ser una versión mas sensacionalista donde indirectamente se culpa a la mujer del asesinato por una supuesta conducta infiel”.

Evidentemente hay que comprender la situación social de la mujer, la represión y la dominación en aquel momento sobretodo en un área que aun mantiene estructuras patriarcales dominantes .
Marcelo Agüero implicado en el proyecto nos lo fue comentando desde su experiencia como investigador e historiador.

Tras el escándalo del asesinato de Juana Figueroa, hubo un momento en el que su devoción fue muy extendida por la provincia, sin embargo ahora la historia quedó diluida y son pocas las personas que reconocen mantener su memoria de milagrosa. Existe una zamba que la recuerda dejando el estudio, como en muchos casos sucede en el ámbito del folklore. La zamba con música de José J. Botelli y letra de José Ríos está registrada en febrero de 1961.

A partir de ella, estamos trabajando gracias a la colaboración de la artista y docente Soledad Sanchez Golpar.

Por otra parte a través del grupo formado por la intermediación de Alejo Martin, con Marcelo Agüero Urquiza y Guillermo Echazú retomamos el análisis en los lugares donde transcurrió la historia de Juana Figueroa como fue la vivienda y taller del marido de Juana, Isidoro Heredia, quien como descubrimos, no tenía la profesión de carpintero como se dijo sino albañil.

 

 

Como en muchos de estos casos los datos aparecidos en prensa en el momento del asesinato no fueron corroborados. Tampoco su vida anónima y sus discusiones domésticas no hubieran trascendido si no fuera por su muerte violenta. Nadie pensó las circunstancias y sentimientos de una mujer joven casada con alguien mayor, no sabemos del contexto ni de su vida diaria. Otro de los descubrimientos fue el error en el año de nacimiento a través de la partida de nacimiento y búsquedas genealógicas. Nacida el 30 de agosto de 1879 se cuenta que era hermosa y divertida, que se peinaba con un moño, acostumbraba a ir de negro y con botas de charol. No obstante esta descripción no corresponde ni con el icono que se divulgó de ella ni con su característica racial mestiza.

Así es muy curioso según comparamos como la imagen que se le atribuye. Es una fotografía mucho posterior y revela un tipo de fisonomía de mujer que no le corresponde. Encontramos esa foto presidiendo el oratorio junto con otras figuras religiosas revelando una mujer de la década de los cuarenta con joyas y peinada de una forma inusual para alguien de su condición con lo que la conclusión nos lleva a pensar que quizás fue la imagen de una devota que ha trascendido tomando la santa en sí.

 

El estudio genealógico indica que fue hija de Roque Figueroa y Nicolasa Vivas, era la menor de 6 hermanos y nació en Cerrillos. Se casó muy joven con un hombre mayor que ella llamado Isidoro Heredia. La tradición así mismo no se pone de acuerdo con la historia: mientras algunos la presentan como un modelo de honestidad, otros afirman que llevaba una vida bastante desordenada y se menciona así mismo que su marido la maltrataba. Existe también la versión de que se enamoró de otro hombre llamado Calixto Casares, después de casarse, y que mantuvo con él una relación secreta o viajó a Buenos Aires con él, volviendo después al no funcionar la pareja. Pero todas las historias coinciden en que su esposo sufría celos enfermizos y que el 21 de marzo de 1903 la encontró en la estación de Ferrocarril hablando con otros hombres y la arrastró fuera del lugar asesinándola golpeándola con un puzón metálico en la cabeza.

Parece ser que ese día estaba con ella su hijo, de cuatro años llamado Domingo Fernando, pero no se menciona posteriormente. Efectivamente este hijo existió según figura en la partida de nacimiento el 12 de mayo de 1899. Como sabemos, el cuerpo en descomposición de Juana fue encontrado por unos niños días después. Solo la identificación por parte de una familiar, por su dentadura pudo finalmente corroborar la identificación de la victima. El marido fue condenado por su asesinato a 10 años de prisión en Ushuaia pero volvió después a Salta falleciendo en 1964. Tras el descubrimiento del asesinato las personas se acercaban a Puente Blanco como lugar de culto, hacer peticiones y poner velas, especialmente mujeres, aunque nosotros vimos también visitas esporádicas de hombres jóvenes.

En definitiva tenemos otro ejemplo de relato alterado, de construcción de un mito que aunque diluido en la memoria popular se mantiene con discreción, en este caso una discreción propia de los habitantes de la zona y que sin embargo ha podido trascender gracias al empeño de uno de sus devotos principales. Recientemente supimos que a la muerte de Ernesto Maciel, será la familia quien se encargue de custodiar el oratorio. Aun queda mucho por entender y desarrollar sobre la memoria de Juana Figueroa pero seguiremos avanzando a partir del grupo de trabajo constituido. Tenemos que ser conscientes de que Argentina muere una mujer al día victima de feminicidios, siendo la cifra en 2019 de 327 mujeres muertas.

El niño Pedrito Sangueso, vecino de cementario de Juana Figueroa, también revela la fragilidad de los mas débiles. Los lugares de memoria, la intensidad de estas muertes violentas e inesperadas, dejan que el cuerpo mártir se convierta en algunas casos en un referente para volcarse en la fé sobre quienes perdieron la vida bruscamente convirtiéndolos en intercesores con el mas allá. Sirva la intensidad de sus energías, para construir un sistemas de medidas preventivas y de protección integral que evite mas muertes violentas.

 

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