Museografía paraguaya en clave fantasma.

Asunción. Paraguay. Diciembre 2022.
Museografía paraguaya en clave fantasma. Una lectura a la noche de los Museos
Por Fernando Colmán
instagram

 

 

 

Museografía paraguaya en clave fantasma. Una lectura a la noche de los Museos

La vida es un espectro, moviéndose en un mundo de espectros.—T. Carlyle.

 

Azar

Elijo la Ruta C del recorrido de la La noche de los museos un evento que busca generar participación ciudadana, social, educativa y cultural incidiendo en la promoción de un mayor conocimiento de los museos y está organizado por la Asociación que lleva el mismo nombre del evento, junto a un equipo humano e institucional y humano, sostenido por voluntarios que provienen de instituciones educativas de arte.

Es una tarde de sábado mientras miro en instagram los stories que muestran la participación de varios itinerarios, algo me dice que debí elegir otras rutas, ese sentimiento de incomodidad de ver otras propuestas me invadía, quería dialogar con las obras de Livio Abramo (1903–1989), artista brasilero de gran influencia en Paraguay durante tres décadas, como si lo conociera toda la vida, o visitar el Museo Judío o el de Bellas Artes e interactuar con la obra Ejercicios sobre la Nostalgia de Paz Moreno, artista paraguaya que trabaja principalmente en producción textil, en la Fundación Texo; en la que exponía un despliegue interesante de ñandutí (tejido de uso popular en Paraguay que asocia su nombre al tejido de las arañas), observar la obra dejándome atravesar por sus puntadas y trazos, en esa superficie hecha con fragmentos del archivo familiar.

Pienso en este gesto de alterar el archivo mencionado mientras el bus avanza, trayendo a la mente a Eunice Tapia (2008) quien en Memoria cero; considera que esta acción es como “alterar la carne viva del resguardo del hogar”, en una interpretación propia, es decir, alterar imágenes del álbum familiar, es un acto sensible, al que se acude siempre desde cierta solemnidad. Hasta el acto de posar frente a la imagen era más sincero, debido a los disparos de la cámara y el formato de revelado.

Pienso también en la descripción de lo que sería la obra de Paz, la misma, se conecta con el trabajo de Belén Vilanova, fotógrafa experimental argentina residente en España, quien transforma sus fotografías “para operar en la representación de la imagen afectando su nivel de sentido como disparador de reflexión y contenido”, tal como ella lo menciona, ambas producciones se conectan desde la fibra sensible del cuerpo, hacia el sustrato de la imagen, la materia alterada. Pienso, mientras observo la Costanera de Asunción, las nuevas conexiones y me dirijo a lo que parece ser un proyecto de startups, el Museo de Ciencias.

 

Ejercicios de nostalgia.

Me encuentro en el recorrido de la línea de tiempo de Branislava Susnik (1992–1996), en el Museo Etnográfico Andrés Barbero, a cargo de la antropóloga y fotógrafa Gabriela Zucolillo, en la que se habla de la influencia de la investigadora eslovena en las bases del conocimiento sobre lo indígena en Paraguay. En el evento La noche de los museos, la experiencia de Paz, ha sido la de activar en la participación de su muestra con la conexión de una espectadora quien llegó al punto de emocionarse hasta las lágrimas con la obra expuesta, ella me lo cuenta entre saludos y la sorpresa de haberla encontrado, quería acercarme a su obra y no pude, pero sí, accedí a esa información.
La obra de Paz está cargada de un fuerte compromiso con la memoria, lo íntimo, expuesto en una técnica que usualmente se utilizaba para adornar atuendos europeos, pero que al llegar al Paraguay, fue afectándose como motivo decorativo, de indumentaria y últimamente hasta llegar a obras de arte contemporáneo. Es imposible no citar en este punto, la influencia de esta información brindada en parte por Alejandra Peña Gill (2022), artista multifacética e investigadora de dicho tejido. Pienso, en la posibilidad que abre este evento de conectar, cual tejidos, a afectos con personas que descienden de buses que entre semana no cuentan con espacios posibles para la reflexión sobre el arte contemporáneo.

 

Paz Moreno. Ejercicios sobre la nostalgia. Fundación Texo. Fotografía de Santiago Martínez.

 

Belén Vilanova. Proyecto In To (2020). Instagram @belenvilanova

 

Según Tapia (2008) la fotografía de familia, que se convierte en documento de la memoria al formar parte de una historia personal tiene la capacidad de provocar acciones. Como menciona Vilém Flusser: “Podemos recortarla o podemos escribir un comentario acerca de ella, o podemos enviarla a nuestros amigos o destrozarla en un arrebato de enojo.” Y el teórico checo-brasilero, considera a este hecho como un acto ritual. Y a estas situaciones como “rituales mágicos”, que son acciones que la fotografía puede impulsar (Pág. 28). Rituales que se asocian con el evento que nos convoca; La noche de los museos. Rituales que están asociados con el concepto de Gubern, citado en Memoria Cero: “Como objetos que resultan ser más que un trozo de papel, la fotografía se eleva de su valor “representacional” para pasar a uno espiritual y afectivo”. Ya no pasan a ser solo la foto de mis padres, sino son “mis padres”, “mis hijos”, mis “sobrinos”. ¿Cómo romper la foto de “mí sobrino”? Sería como lastimar su cuerpo. El ejercicio trata de guardar esos momentos “para no perderlos como si extendieramos un certificado de validez de que ese momento ha ocurrido” (Pág. 29). Tanto en las obras de Paz y Belén, esa carne viva de la memoria se encuentra alterada hasta degradar la materia, recortada o afectada por tejidos, como si buscara torcer el mandato familiar ineludible.

 

Detalle del Museo Juan Sinforiano Bogarín. Fotografía de elaboración propia.

Ingreso al museo de Juan Sinforiano Bogarín Museo de Arte Sacro y Eclesiástico, y me veo rodeado de enormes atriles, representaciones dolorosas de Jesucristo, y distintivos varios de la tradición católica, donde la carga de afecto y espiritualidad está presente, rodeada de objetos melancólicos, anímicos. Detalles de indumentarias cotidianas, espuelas, recuerdos de guerra y herramientas de sometimiento para convencer sobre la misión conquistadora y colonial. Estos objetos somos nosotros, es parte de nuestra identidad, y al mismo tiempo, son fantasmales. Son distintos relatos, distintos sentires y distintos tiempos, pero a la vez, citando a Bartomeu Melià; son muchos cuentos, pero es la misma historia (la colonial).

Habilitar el conjuro

En una entrevista personal a Walter Fernando Díaz, en relación a una conversación con Alejandra Peña Gill, — quien realiza una revisión de archivo sobre este tejido — , se encuentran ocasionalmente datos que refieren a que las puntadas del mismo tienen guardadas claves relacionadas a conjuros hechos por mujeres ancestrales, actos ceremoniales, elementos míticos, flores sagradas, elementos de astros, y al igual que la fotografía es un artefacto al servicio de nuestra inmortalidad como diría Flusser. La leyenda originaria del ñandutí— en el uso popular — habla sobre una hechicera, que con sus cabellos de plata, busca imitar el lenguaje de la naturaleza; la inteligencia de las arañas. Tanto el arte contemporáneo como la creación de este tipo de fabulaciones orales, guardan en común un elemento similar, en uno, lo místico se usa para completar aquello que en la naturaleza no se puede explicar, ahí donde se agota el sentido, está la imaginación, la fe católica, o en ocasiones, solamente la violencia. Por otra parte, en el arte contemporáneo, prevalece el resguardo del misterio, la incompletitud, o yendo un punto en común teórico, lo real lacaniano. En uno, la fabulación mítica puede ser utilizada para instituir la idea de una sola nación, homogénea, sin bordes ni poros discutibles, en otro, se entrelazan la política, economía y el sociedad, la cultural, como un objeto que se escapa, esperando a ser descubiertas por la mirada en un museo, en una manifestación política, y otros lugares posibles.

 


La noche de los museos. Fotografía de Vivian González Frutos.

Es un sábado caluroso en Paraguay, tanto las altas temperaturas como la deforestación son dominantes en este país y las tardes como las de este día en la que se busca eludir la gravedad de la semana, se prefiere una siesta o dejarse llevar por el algoritmo, nadie imagina que una convocatoria como La noche de los museos, haría que tantas personas, incluyendo una generación grande de jóvenes acudieran a recorrer espacios museísticos. El canal estaba creado, venciendo al paradigma de que no se aprecia “lo cultural”, en un contexto de saturación de contenidos en donde el enigma de las obras de arte todavía cuenta con la capacidad de sorpresa, como se menciona anteriormente. Ahora el desafío está en la competencia o equiparación del interés del público, ante la saturación de las imágenes.

Tapia (2008) considera al respecto que las imágenes nos han invadido y con ellas la imposibilidad de ver. Es necesario quizás destruirlo todo, incluso los álbumes familiares, y todo contenido que nos viene por medio de haces informativos. Una ceguera generalizada que nos invade es el resultado de la contaminación visual en la que vivimos, La noche de los museos, hizo posible encontrar canales para la sorpresa, — hizo posible habilitar el conjuro — , ante museos que se daban por sentado ser “conocidos”, rompiendo el hilo de la rutina para detenerse y observar que existen propuestas diversas, y un más allá que solo el aroma a olvido de muchos espacios donde se preserva el arte paraguayo.

Contra eso, hoy las empresas de Silicon Valley camuflan en mensajes personalizados, acciones que son propias, las redes sociales pasaron a ser — el espejo algorítmico de Fausto al cual nos miramos— , ciñéndonos a nosotros mismos, como un espejo de vapor, pero la realidad es otra, cuando digo: “Quiero ir a la ruta B y no a la C”, la realidad no se comporta como mis impulsos y búsquedas, y ese juego azaroso en La noche de los museos, incita a preguntarme: ¿Por qué todo tiene que estar condicionado al placer? ¿Podemos crear situaciones en las que los museos nos sorprendan, en clave fantasma? ¿Asustarnos, estremecernos, dejarnos atravesar, convivir con la memoria para reactivar el presente?
La era industrial y la esquizofrenia capitalista nos robó la capacidad de contemplación, del detenimiento o Tekoporã o buen vivir de los guaraníes, tomo esta idea de una conversación personal con el antropólogo y filósofo Urbano Palacio.

 


Fotografía La noche de los museos. Valeria Franco.

 

Clave fantasma

En un análisis de lo ocurrido en La noche de los museos, y la lógica algorítmica, el ejercicio es similar, las imágenes que se encuentran en reposo tienen la capacidad de observarnos y al mismo tiempo son un símbolo perenne que puede decirnos cosas de nuestra contemporaneidad (Gilbert Durand, citado en Alesso, M. 2014), llamo a este ejercicio en clave fantasma sin inmiscuirse en Lacan, ver las obras como cenotafios al que golpeamos tres veces para fijar las almas, o en este caso liberarlas, abrir ventanas a la fantasía*.
Es posible que dentro de esa clave fantasma todavía pueda hallarse lo relacionado a giros de identidad, ¿Cuánto de La noche de los museos sirve por ejemplo para dimensionar la incólume tarea de Branislava Susnik? ¿Qué pasa con las personas que quieren ver más pero no encuentran interlocutores? ¿Cuánto despierta la indignación por el abandono del Museo del Ferrocarril, o la inseguridad de ciertas zonas? Y otras tantas preguntas que pueden evocar. Se debe recuperar esta noción, siguiendo a Ticio Escobar (2007) en la que las industrias culturales, de información, comunicación, publicidad y espectáculo, sean las únicas encargadas de la producción de sentido, sino devolverle la acción y el dinamismo a la nación o naciones que integran el territorio de Paraguay, el pueblo, el territorio. No podemos dejar que el algoritmo se filtre esos poros de la realidad, ante fantasmas otros que emergen en forma de autoritarismo, discriminación, ignorancia, precarización y violencia, la comunidad debe estar dispuesta a habilitar el conjuro.

 

Bibliografía

Alesso, M. (2014). Un modo heurístico de producir conocimiento. Maestría Dicom. Recuperado de: https://maestriadicom.org

Escobar, T. (2007). Los desafíos del museo. El caso del Museo del Barro, Paraguay. Micromuseo. Lecturas a bordo. Recuperado de: https://micromuseo.org.pe

Belén Vilanova. Proyecto In To (2020).

Tapia, E. (2008) Memoria cero. Una mirada fotográfica. Universidad Nacional Autónoma de México. Recuperado de: https://www.academia.edu

*Cita a la canción Balada de Tolito (1985), de Joaquín Sabina. En el capítulo 4.

 

 

+ info instagram

con el apoyo de
aecid
En tu mail! Ingresa tu dirección de e-mail para recibir novedades, convocatorias y lo más destacado de hipermedula.org
×