Hackers y barandas

Madrid, España. 31 de julio 2019.
Hackers y barandas. Cómo interceptar las estructuras.
Por Paloma Violeta González Santos.

 

 

Hackers y barandas

Cómo interceptar las estructuras.

La baranda aparece en la arquitectura como un elemento de protección. Es una frontera y un sostén que marca un perímetro. La baranda suele estar en segundo lugar porque no es ella la que importa sino el espacio donde esta emplazada, siempre esta atada a ser de algo, la baranda de la escalera, del hospital, etc. Es por esto un objeto invisible que damos por sentado, sin aparente importancia. Aun así, las barandas modifican nuestros cuerpos y la forma en la que transitamos un lugar. Al existir nos dan confianza para subir una escalera empinada o nos restringen el paso en una plaza; condicionan nuestros recorridos y se posicionan como un objeto de control y protección. Algunas se llenan de ornamentos florales y acabados de oro, se dejan lisas y pulidas en los museos, otras se engrasan en los subtes, hay mini barandas y barandas enormes. Pueden denotar riqueza, austeridad, ruralidad, precariedad. Son los bastones de la vía pública y privada, ¿Quién tendría un balcón sin baranda? No nos permiten caer desde el séptimo piso, no dejan que crucemos por cualquier esquina. Nos dicen donde pisar, de donde agarrarnos, están ahí, siempre.

L4 B4R4NDA Galería es un colectivo de artistas que propone la intervención de barandas convirtiéndolas en espacios de arte que se salen del ordinario cubo blanco. El proyecto nació en CIA, Centro de Investigaciones Artísticas (Hoy Centro de Investigaciones Antifascistas) como la primera galería útil y ha ido evolucionando, creando espacios de formación y encuentro donde han participado más de 30 artistas en un período menor a 2 años.

 

“Sexi” de Nina Kunan

El señalamiento es un mecanismo base del arte contemporáneo, como artista te señalo aquello que pasa desapercibido, lo hago evidente y por ende lo hago obra. L4 B4R4ND4 le agrega algo más a este procedimiento: no solo señala, sino que transforma los objetos. Frente a la intervención la baranda cambia su dimensión y su uso; se vuelve ancha; ya no es más un límite, sino que contiene en sí un volumen capaz de alojar una obra, una performance, un público, una botella de vino. Es entonces el punto cero desde donde se expande un universo creando un tiempo y un modo de mostrar diferente, en el cual la baranda deja de ser un objeto y se convierte en un espacio.

Este año cada integrante del colectivo ha tenido una fecha para invitar a un artista a que entre en el juego. Así hasta la fecha este año hemos producido 11 muestras, una por semana, de artistas de diversas disciplinas. El pasado 2 de julio fue mi turno e invité a Aïda Gómez, artista española, a que interviniera una baranda en Madrid, España. La obra de Aïda se centra en el hackeo urbano introduciendo o modificando la ciudad, sus símbolos o recorridos (muy dentro del espíritu B4R4ND4). La muestra se tituló “Good Vibes” y sucedió en el Arco de Cuchilleros en una baranda que sale de la plaza mayor de Madrid, un lugar turístico con mucho flujo de caminantes.

 

“Good Vibes” de Aïda Gómez

Su intervención consistió en ubicar un dildo pequeño en la esquina de una de las barandas de metal y así hacerla vibrar. La idea era que cada persona que tocara la baranda fuera interceptada por esta vibración que se le metía en el cuerpo y cambiaba un poco su estado, dándole una sensación placentera y feliz. Era una interpretación de las ondas binaurales sonoras transportándolas a una experiencia táctil. En la inauguración, nos quedamos algunas horas sentadas al costado viendo a la gente subir y bajar. Mientras lo hacían, Aïda cambiaba la potencia de la vibración con un pequeño control y mirábamos las caras, esperando alguna reacción. Las personas que fueron a ver la muestra sentían inmediatamente el movimiento de la baranda que, si te quedabas un tiempo suficiente, te dejaba las manos hormigueantes por varios minutos. Pero, de los caminantes distraídos solo dos se dieron cuenta de que algo estaba distinto, el resto simplemente se apoyaba sin prestar atención a aquello que tocaban y que los tocaba a su vez.
La piel es el órgano más grande del cuerpo, aún así el tacto es siempre dejado en segundo lugar frente a la hegemonía de lo visual. La poca reacción de los transeúntes es un claro ejemplo de esto y me hace pensar ¿Cuántas cosas tocamos en un día? ¿Cuántas vibraciones nos traspasan sin que nos demos cuenta? En un momento, en el arco, un señor de campera amarilla le dijo a su familia, está vibrando y río, todos la tocaron, asombrados como si estuvieran siendo engañados por sus sentidos. Si comparaban con la del otro costado de la escalera, se daban cuenta de que ésta estaba más viva, más presente, y era así porque además de que vibraba, ahora estaba dentro de su campo de percepción; no era más un fantasma arquitectónico.

 

 

“Good Vibes” de Aïda Gómez

Hackear es entonces el verbo que me parece aporta algo nuevo a los procedimientos del arte contemporáneo. No es más señalar, que tiene aún algo de pasividad, sino el del hackeo y la interferencia, el ruido y la mutación. Aïda hackeó táctilmente esta superficie, modificando su estado vibracional, cambiando completamente su naturaleza. Al hackear se entra en el sistema nervioso del mundo y se modifican, muchas veces de formas más sutiles pero efectivas, los modos que tenemos de relacionarnos con él. Es una estrategia post situacionista donde el pensamiento digital entra en el mundo analógico modificando su código. Puede ser que no te des cuenta del cambio, pero está ahí, presente y las células de tus manos lo perciben.

Tanto el concepto de L4 B4R4ND4 galería como la obra de Aïda, en este caso, interrumpen el espacio urbano que aumenta sus elementos de poder y por ende también en formas de subversión. La galería busca que con estos gestos se abra el potencial artístico de las barandas y se generen espacios autónomos de creación y de encuentro. Estas acciones permiten darnos cuenta de que las relaciones que tenemos con todo lo que nos rodea en la ciudad y nos devuelve este espacio de frontera como una zona fascinante y reveladora. Dentro del arte tenemos la capacidad de sentir, de ser afectados y de afectar al mundo y a los otros y cada rincón del mundo es una galería en potencia, L4 B4R4NDA es una invitación para que las hagamos nuestras.

 

Otras B4R4NDAS:

2019. Julio
“Talisman” de Jair Jesus Toledo y Kelvin, Plaza Cecilia
“Good Vibes” de Aida Gomez, Madrid, España

2019. Junio
“Tocame Tocame” de Julian Pesce, casa particular
“Barandancing” de Paraíso Fiscal, casa Particular
“Olla Popular” de Catherine Ful Lov, Plaza del Congreso

2019. Mayo
“Sexi” de Nina Kunan
“Saciar la sed” de Cecilia Villafagne

 

 

Paloma Violeta González Santos. 2019.

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