Lisboa, Portugal. 1998.
Helena Almeida, Seduzir com pintura habitada
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Helena Almeida, Seduzir com pintura habitada
Tras sus primeras obras tridimensionales la artista encuentra en la fotografía un modo de superar la exterioridad de la pintura y de permitir que el ser y el hacer coexistan en el mismo medio: “es como si continuara afirmando: la pintura es mi cuerpo, mi trabajo es mi cuerpo”. Más allá de las lecturas poéticas y metafóricas que esta obra puede inspirar, puede verse como un intento de alcanzar los límites de un medio, ya sea fotografía, performance o escultura. El cuerpo en el trabajo de Almeida se convierte a la vez en una forma escultórica y un espacio, objeto y sujeto, significante y significado.
La obra de la artista es un resumen, un acto que ha sido escenificado cuidadosamente y que es altamente poético. Las representaciones de estas acciones también muestran el contexto en el que Almeida se posiciona. Frente a la cámara se niega a que sus fotos se conviertan en autorretratos. Representa principalmente su cuerpo, pero es un cuerpo que podría ser el de cualquier persona. Vestida de negro, Helena Almeida incorpora elementos de su estudio en sus cuadros. Se retrata en las poses que ha coreografiado cuidadosamente y que se organizan a menudo en series.
En 1969, Almeida es fotografiada por primera vez por su marido, el arquitecto Artur Rosa. Éste colabora frecuentemente con ella, como fotógrafo de las acciones de ella, una forma altamente mediatizada de auto-representación, que se convertirá en una característica de su obra. La transformación del hilo en una línea, en Desenhos habitados (Dibujos habitados), la aplicación de trazos de pincel azul sobre la fotografía, en Pinturas habitadas y Estudos para um eriquecimento interior (Estudios para un enriquecimiento interior) o el acto de vestirse del propio lienzo, Tela habitada, corresponden a una acción, una marca o un registro de la presencia.
En una de sus series más conocidas, Pinturas Habitadas, Almeida ocupa el espacio a la vez como artista y modelo. Hacia finales de los 70, las imágenes de Helena Almeida adquieren un carácter mucho más cinematográfico, como en la serie Ouve-me (Escúchame, 1978-80), Sente-me (Siénteme, 1979) y Vê-me (Mírame, 1979), en cada una de las cuales se focaliza en una función sensorial y en su carga emocional. El vídeo de la performance Escúchame muestra a la artista pegada a un lienzo que palpita al ritmo de su respiración y de la presión de su cuerpo, como un dibujo obtenido por contacto corporal.
Biografía
Helena Almeida (Lisboa, 1934) es una artista conocida por su trabajo fotográfico, además de por sus performances, pinturas y dibujos. Nacida en 1934 en Lisboa, donde sigue viviendo y trabajando, Helena Almeida estudia pintura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Lisboa en 1955. Después de casarse con el escultor Artur Rosa, Almeida recibe una beca y se traslada a vivir a París. Expone por primera vez en 1967. En sus inicios, sus trabajos tridimensionales revelan sus diferentes influencias y socavan los conceptos traidicionales de la pintura. A partir de 1969, la artista empieza a trabajar en la noción de auto-representación. Según Almeida no hay límites entre el trabajo y el cuerpo del artista. Sin embargo, sus obras no son autorretratos, sino que basculan entre la performance, capturando un momento fijo en el tiempo, y el arte corporal, donde su propio cuerpo es el tema de la obra.
A principios de los años 70, Helena Almeida vuelve al dibujo y a trabajar en tres dimensiones, con el uso de la crin para crear la impresión del movimiento dentro de la obra. A partir de 1975, combina tres disciplinas: fotografía, pintura y dibujo, utilizando crin o pintura azul y roja, o pigmento negro en sus fotografías. Su trabajo se ha exhibido en museos, festivales y centros de arte de todo el mundo: Kettle’s Yard en Cambridge (2009), Fundación Telefónica en Madrid (2008), The Drawing Centre de Nueva York ( 2004), Bienal de Sydney (2004), y el Centro Gallego de Arte Contemporáneo (CGAC) de Santiago de Compostela (2000). Además, Almeida ha respresentado a su país en la Bienal de Venecia en 1985 y 2005.
Es un referente mundial en las exposiciones temáticas feministas y de fotografía. Su trabajo se muestra en las principales galerías europeas, como la prestigiosa galería española Helga de Alvear.
Obra
La obra de Helena Almeida experimenta con su propia imagen, buscando nuevos caminos para explorar la relación entre el cuerpo humano y el espacio que lo rodea. Una de sus obras destacadas es la serie Estudo para dois espaços (Estudio para dos espacios, 1977), que muestran manos que asoman por entre rejas y puertas metálicas entreabiertas que parecen barreras opresivas, con lo que provocan la sensación de estar apresadas entre dos espacios o realidades. Este trabajo ilustra la situación de una mujer atada a los quehaceres domésticos y es también una respuesta a la percepción de aislamiento artístico que Almeida sentía del resto del mundo durante los años de la dictadura en Portugal, tanto desde el punto de vista cultural como político.
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