Ciudad de Córdoba, Argentina. Junio 2021.
5 ideas clave para diseñar o hacer crecer tu proyecto cultural
Por Capital Creativo
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5 ideas clave para diseñar o hacer crecer tu proyecto cultural
Por Capital Creativo *
Estos tiempos de pandemia en los que se alternan restricciones a las actividades sociales y públicas, períodos de confinamiento y protocolos sanitarios plantean enormes desafíos para el quehacer cultural. Pero estas limitaciones son una oportunidad para ejercitar como nunca la creatividad, aprovechar el potencial de las tecnologías a nuestro alcance, y también, por qué no, hacer una pausa y revisar los fundamentos de nuestro hacer. Sea que tu proyecto esté comenzando, o sientas que necesita crecer y evolucionar, hay algunas claves que, más allá de cualquier coyuntura, son ineludibles en la gestión cultural contemporánea.
Consistencia estratégica. Estratégico, en este contexto, significa «orientado a objetivos». El punto de partida de cualquier iniciativa debe ser siempre el diagnóstico de necesidades y desafíos que luego traducimos en objetivos, los cuales serán nuestra brújula durante todo el proceso. Es decir, que todo lo que hacemos debe ser coherente con esos objetivos. De ello depende no sólo la eficacia sino también la eficiencia de toda gestión. Un ejercicio simple para evaluar la gestión de proyectos activos consiste en listar las tareas que hacemos en un período de tiempo y verificar su pertinencia y prioridad en relación a los objetivos iniciales. ¿Cuánto tiempo y recursos invertimos en procesos que no son claves para la consecución de esas metas?
Con el foco en los públicos. El consumidor cultural tiene un rol activo en el diseño de su vida cotidiana, a través de los productos de los que se rodea, las actividades que realiza, los espacios por los que circula, las relaciones que establece. Elige sus consumos en función de sus aspiraciones, principalmente sociales, de estima y autorrealización (la punta de la famosa pirámide de Maslow). La sociología también nos ha enseñado que la demanda está condicionada por los consumos culturales de nuestros grupos de influencia. Entonces, la función del gestor cultural es interpretar esas aspiraciones y, en función de ello, dar forma y valor a los productos y actividades. En palabras de Boris Groys, el diseño (de una iniciativa cultural, en nuestro caso) será adecuadamente abordado sólo si parte de la pregunta sobre cómo quiere manifestarse el sujeto, qué forma quiere darse a sí mismo y cómo quiere presentarse ante la mirada de los otros. ¿Ya pensaste en quienes son los públicos de tu proyecto y cómo vas a relacionarte con ellos?
La era de la experiencia. No nos cansamos de repetirlo: los gestores culturales no organizamos actividades; diseñamos experiencias. Una experiencia sintetiza un mundo, nos convoca a poner el cuerpo, a utilizar todos nuestros sentidos, a poner en pausa el tiempo, a conectarnos con los objetos, a sumergirnos en los espacios, a la co-presencia con otros, a la interacción y la participación. La experiencia sucede en un marco de empatía, de afinidad, de identificación. Porque una experiencia cultural tiene una personalidad, un espíritu, una identidad, y nos propone una relación. Es un marco para el ejercicio de la propia identidad. ¿A qué problemática responde tu iniciativa y a vivir qué experiencia estás invitando?
El desafío de «contemporaneizar». La gestión cultural se materializa en formatos que tienden a consolidar modos de hacer en el tiempo. Muchos de esos formatos llevan décadas, cuando no siglos, constituyendo el marco para los hechos culturales. De la presentación de un libro a una proyección cinematográfica, de un concierto a una puesta en escena teatral, de un conversatorio a una exposición de arte, muchas actividades culturales parecen repetir formatos como si se tratara de fórmulas. Cualquiera sea el contenido o producto cultural, incluso si hablamos de patrimonio histórico o clásicos de cualquier disciplina, en la mediación los gestores tenemos la oportunidad de construir sentidos en clave contemporánea. ¿Y si nos salimos de las fórmulas conocidas para repensar los formatos desde sus bases?
Cada vez más sustentables. El valor de una iniciativa cultural se mide por lo que construye en su escena: cuando se convierte en modelo de buenas prácticas y ética profesional, cuando contribuye al desarrollo de los actores y agentes culturales, cuando reduce al mínimo su impacto ambiental, cuando alcanza a nuevos y diversos públicos, cuando acerca a las nuevas generaciones o favorece los cruces intergeneracionales. En definitiva, cuando lo que hacemos hoy construye un mejor escenario cultural para mañana. ¿Ya te lo imaginaste?
Capital Creativo es un estudio de gestión cultural contemporánea con sede en Argentina.
Se dedica a diseñar y llevar adelante de manera integral programas culturales para organizaciones y asesorías y seguimiento de proyectos independientes.
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