Chillán, Chile. Hasta el 25 de Enero 2024.
Exposición Formas de lo invisible
Centro de Extensión Cultural Alfonso Lagos
Campus Chillán
Isabel Riquelme 479
Universidad de Concepción
Bienal Internacional de Arte Contemporáneo del Sur
https://www.cecal.udec.cl
instagram
Obra de Jimena Brescia.
BIENALSUR 2023
Formas de lo invisible
Jimena Brescia (ARG)
Gimena Castellón Arrieta (CHL)
Virginia Guilisasti (CHL)
Curaduria Pedro Donoso (CHL)
De Lunes a Viernes de 10:00 a 13:00 y de 14:30 a 20.30 en Isabel Riquelme 479, Chillán, Chile.
Este proyecto fue seleccionado en el Open call de la convocatoria de Bienal Sur 2023
Todo sistema es diseñado para evitar la fragilidad a través de operaciones regulares que aseguren la estabilidad. Al mismo tiempo, todo sistema propaga a su alrededor la sombra de una incertidumbre que se extiende sobre quienes son excluidos de su estructura de seguridad. Expuestos a la desprotección, los desplazados del sistema se ven obligados a crear mínimas técnicas de supervivencia.
Ahí se interna el trabajo de las artistas reunidas en esta exhibición. En ese límite humano donde surgen formas invisibles de cuidados se forja también la posibilidad de invertir la fragilidad” para convertirla en un acto de fe capaz de enfrentar la adversidad sistemática. Los pequeños gestos vitales realizados entre las comunidades desamparadas son aquí rescatados con sobriedad y minimalismo. Gimena Castellón Arrieta recurre al cartón, asociado a la situación de calle, y con él arma estructuras de reivindicación. Virginia Guilisasti, por su parte, trae el gesto repetido de una madre migrante que enfrenta el paso de los días trenzando materiales para retener el recuerdo de su hija lejana. En el caso de Jimena Prescia, vincula las estructuras de viviendas en abandono con una serie de coreografías y signos que marcan el apartamiento y la segregación entre personas. A través de la instalación, el video y la fotografía, la exhibición Formas de lo invisible compone un escenario sutil para repensar el papel de los desplazados, a los que la socióloga Saskia Sassen ha descrito “como indicadores de una historia en gestación”.
Pedro Donoso
La instancia significó un hito, no sólo por sus características, sino también porque se reabrió la galería principal del Centro de Extensión Cultural.
Con un conversatorio de la exposición “Formas de lo invisible” y su posterior recorrido, se inauguró la llegada de la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo del Sur (BienalSur) a la Región de Ñuble, en el Centro de Extensión Cultural de la Universidad de Concepción Campus Chillán, en el “Km. 1583”, de acuerdo a su itinerancia mundial que comenzó en julio de este año, siendo la cuarta edición desde la primera en 2017.
“Formas de lo invisible” reúne el trabajo de tres artistas de distinta procedencia y trayectoria, no obstante, se organizan en torno a preocupaciones similares. A través del diálogo de ellas con el público durante el conversatorio revisaron los rasgos más destacados de su forma de trabajar con sus intenciones y propuestas. La conversación necesariamente apuntó a las resonancias políticas y afectivas que forman parte de esta muestra y que, sacan al descubierto un mundo cotidiano que ha permanecido largamente invisibilizado.
En este participaron los curadores de la BienalSur en Chile y de la exposición anteriormente mencionada, Fernando Farina y Pedro Donoso Aránguiz, respectivamente, con las tres artistas de tal muestra: Gimena Castellón Arrieta, Virginia Guilisasti Palacios y Jimena Brescia, ante la presencia de autoridades regionales, comunales y universitarias en compañía del público ñublensino.
“La presencia de esta exposición internacional en la ciudad es una oportunidad única para acercar el arte contemporáneo a la comunidad y fomentar la reflexión y el diálogo en torno a la cultura y el patrimonio. Desde sus inicios, nuestra Casa de Estudios Superiores se ha destacado por su compromiso con la cultura y las artes, siendo un lugar para la creación y difusión de este quehacer en sus distintas áreas. Además, la UdeC también se ha convertido en un espacio de formación para artistas y creadores”, dijo el Director General de la UdeC Campus Chillán, Dr. Pedro Rojas García.
Por su parte, el alcalde de Chillán, Camilo Benavente Jiménez, agregó que la capital regional de Ñuble tiene un sello cultural.
“Por nuestro ecosistema tenemos un sello y una responsabilidad cultural, de acuerdo a la infraestructura que existe en esa área con dependencias como el Teatro Municipal, la Corporación Cultural, la Escuela de Cultura Artística y la red de museos, por lo tanto, es por eso que colaboramos con esta iniciativa”, dijo el edil.
Asimismo, la seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Scarlet Hidalgo Jara, destacó la importancia que la Universidad de Concepción realice este tipo de exposiciones porque “es innovador y rupturista. De alguna manera, rescata procesos o análisis desde otros puntos de vistas, rompiendo con lo tradicional que normalmente vemos de cuadros de arte que se pueden exhibir en otros espacios culturales de Ñuble. Parte de la puesta en escena que hoy vemos es desde la reinterpretación del mismo Chillán, de las historias de cada una de las artistas con su mirada”, complementó la seremi.
Epicentro del arte contemporáneo
El curador de la BienalSur en Chile, Fernando Farina, comentó que “no es la típica Bienal que se hace en una sola ciudad con un tema. Esta es parte de una universidad pública y gratuita, es un trabajo que busca armar una red de asociarse a otras universidades e instituciones. Los temas surgen de las propias convocatorias, en donde artistas y curadores de todo el mundo envían sus proyectos. Un comité los evalúan y definen posteriormente temáticas y posibles lugares de exposición”, dijo Farina.
A su vez, el curador de la exposición “Formas de lo invisible”, Pedro Donoso Aránguiz, explicó que el trabajo de las artistas las une un hilo invisible que aborda interrogantes que pueden ser cotidianas en la sociedad, pero que nadie le da una importancia.
“Hablamos sobre gestos que tiene una relación con lo femenino. Cada vez que se arma una exposición, de cierta manera es una aventura. Tenemos la intención de convocar un sentimiento. Armamos una serie de hilos a partir de una conversación en la que cada artista apoya con un trabajo que está en desarrollo. Siempre es una apuesta hacer una exposición. Me gusta mucho que sea en Chillán”, complementó Pedro Donoso.
El Cecal UdeC se convirtió en el epicentro del arte contemporáneo con la llegada de la BienalSur a la Región de Ñuble. Durante seis meses, la galería principal de la dependencia de la Universidad de Concepción Campus Chillán tuvo un periodo de seis meses de reacondicionamiento en sus instalaciones. Por lo tanto, esta inauguración significó también un hito en la reapertura de este espacio.
“Es un honor tener a estos invitadas e invitados en esta reapertura de la sala principal. Dentro de nuestra labor, Cecal UdeC es el centro cultural de Ñuble y el sur de Chile”, destacó el Jefe de la Unidad de Vinculación con el Medio, Juan Monroy Castillo.
En esa línea, la Directora del Cecal UdeC, Amara Ávila Seguel, agregó que “estamos contentos y contentas por concretar esta reapertura luego de varios trabajos y hacerlo con una exposición internacional como ‘Formas de lo invisible’. Esta Bienal es impulsada por la Universidad Nacional Tres de Febrero (UNTREF) de Argentina y tiene un componente descentralizador que involucra a más de 70 ciudades en todo el mundo, entre ellas a Chillán. Invitamos a la comunidad de Ñuble a reflexionar en conjunto y compartir temáticas y qué mejor que a través del arte contemporáneo que nos están presentando las artistas en nuestra sala principal”, destacó.
Formas de lo invisible (texto Curatorial)
Cómo hablar de esas cosas comunes, cómo acorralarlas antes, cómo apartarlas, cómo arrancarlas a lo estéril a lo cual permanecen ligadas, cómo darles un sentido, una lengua: que hablen al fin de lo que existe, de lo que somos.
Georges Perec
Puede ser difícil trazar la genealogía de todos esos actos mínimos en los que se apoya nuestra existencia. Son palabras, gestos, pequeñas acciones, objetos triviales que, sin que lo notemos, forman el sustrato del cual brota todo el resto de aquello que se considera relevante en la vida. Justamente, la motivación implícita de la exposición Formas de lo invisible parte de ese descubrimiento mínimo, para reconocer el valor de lo que ha sido dejado de lado, aplastado bajo el peso de la inconcebible normalidad.
Hace algo más de un año, empezamos un diálogo con las artistas sobre estos actos mínimos. Concretamos ahora en CECAL, y con apoyo de Bienalsur, este proyecto enfocado en un trabajo en distintos formatos que se esfuerza por reconocer lo que parece frágil e inasible. Sin embargo, al poner al descubierto y dar forma al poder contenido en estos gestos y acciones invisibles, se provoca también una pequeña emancipación. De pronto, esta exposición nos propone un recorrido inesperado donde los objetos y actos de nuestra vida comienzan a mostrar una fuerza diferente. Con mucho cuidado rescatamos esa sorpresa que se asoma a una nueva jerarquía íntima. Allí el poder recae, insospechadamente, entre quienes menor peso ostentan.
Materiales cotidianos
¿Cómo reconocer este nuevo campo de ejercicios de poder sin importancia? Formas de lo invisible propone distintas aproximaciones. En primer lugar, podemos considerar el uso de materiales y objetos sin valor. Gimena Castellón Arrieta otorga presencia al cartón, material de uso diario que suele ser empleado como contenedor para el traslado de mercancías. A través de un trabajo cartonero, por así llamarlo, alude a la vida de un material que une el consumo con la pobreza: ese envoltorio que descarta el comercio yace cada tarde en las veredas de la ciudad como un recurso de vida para quienes no tienen nada. De pronto, ese giro transforma la apropiación en una llamada personal. Sobre el cartón convertido en telón de fondo, se concibe también la imagen proyectada de un esfuerzo físico; un paisaje atravesado por el paso lento de la artista que arrastra su peso por el agua en la obra Nada me une a mí mismo.
Acercarse. Mirar de cerca. Reconocer lo que está botado es también parte del trabajo de Jimena Brescia quien explora una convivencia con la materialidad de nuestros espacios de vida. En sus acciones de restitución lúdica y corporal aparecen fragmentos de la ciudad, formas de vida que la artista recoge de los alrededores de la galería para reunir un muestrario inquietante. Lo familiar y lo extraño se mezclan en las piezas desplegadas en la sala como formas supervivientes de una arqueología afectiva. Porque esos gestos marcados por otras manos que aún permanecen sobre los restos materiales, son indicaciones de una relación íntima ya perdida. Alguien usó esto, alguien construyó algo aquí– nos sugieren estas piezas. Enfrentados entonces a una estética de los fragmentos, comenzamos a apreciar estos restos como pedazos que guardan las huellas físicas de usuarios previos y, sobre todo, como señales que prometen una nueva transformación.
La apropiación de una diversidad material también aparece en las trenzas realizadas por Virginia Guilisasti junto a otras doce personas. Coirón, fieltro, algodón, huiros, ¡intestinos animales incluso! Desdeñables en sí mismos, estos materiales cobran fuerza por el trabajo colectivo que evoca el mismo gesto de una madre que trenza el cabello de su hija cada mañana para conservarla en la memoria. Un gesto nada importante… aunque totalmente fundamental para sostener el afecto materno filial durante el “tiempo de espera”. A través de la intimidad de esa memoria recuperada, trece trenzadoras inician una nueva convivencia con la materialidad que nos rodea y elaboran con sus manos estos objetos en la intimidad de sus propias experiencias. La construcción material del recuerdo se transfiera a las 2.160 trenzas que componen esta instalación que reúne el trabajo equivalente a seis años de espera: una trenza cada día.
Un lugar llamado cuerpo
Si, como hemos señalado, la revaloración de los materiales cotidianos es parte de Formas de lo invisible, consideremos ahora el protagonismo que asume aquí el cuerpo a la hora de desarrollar las obras de cada una de las artistas. Sin distancias, el cuerpo aparece como el lugar de encuentro, el umbral desde donde conectamos con el mundo físico y emocional. El peso, la dureza, la suavidad, el frío, el dolor, el amor: todos los rasgos del territorio afectivo y palpable de nuestros gestos y acciones invisibles recaen en el cuerpo. En el trabajo de Jimena Brescia se puede seguir una acción escénica que mezcla la danza, el contacto, el hallazgo. El cuerpo de la artista explora el mundo circundante como si fuese una combinación de volúmenes diversos, escenarios y ruinas con los que hay que bailar, chocar, sentir. La interacción palpable de los cuerpos en un espacio en demolición, tal como aparece en su video Curación, nos muestran una coreografía que asume somáticamente los espacios que conforman una vivienda. Porque nuestro entorno está plagado de elementos que completan, amplían o restringen la acción corporal, desde la disposición de una escalera para descansar, hasta el levantamiento de un muro para separar.
En el caso de Gimena Castellón Arrieta, es el propio cuerpo el que se asume como un canal del esfuerzo “político” para la realización de un acto cotidiano –caminar por ejemplo– que, de pronto, se confirma como un acto de escenificación reivindicativa. Caminar, desplazarse, seguir, persistir parecen todos actos de un mismo modo de aparición en una obra como Nada me une a mí mismo, donde la artista construye una imagen de la voluntad sostenida. La reafirmación desde la que el cuerpo sigue adelante y se sostiene en el avance. Caminar sobre la calma superficie de una laguna hace resonar el fluido de los pasos. Y la inclinación del cuerpo que desplaza una carga a través de las aguas, nos recuerda a Sísifo en su lucha contra la adversidad de la existencia. Solo que aquí su fuerza subsiste gracias a una persistencia sutil.
Por último, en esta infiltración del cuerpo como una realidad perteneciente al ámbito de lo doméstico, podemos entender que Virginia Guilisasti arma la conciencia de su práctica desde la ausencia del cuerpo amado. “La ausencia es la presencia más fuerte” se lee escrito sobre el muro. Es la ausencia de la hija amada, es la ausencia de esa persona querida a la que no alcanzamos a suministrar nuestro cariño porque la distancia se interpone. La trenza que los dedos elaboran es la metáfora del contacto real con los cabellos de esa niña lejana. La instalación Tiempo de espera busca la materialización de ese cuerpo ausente.
Lo que nos pasa desapercibido supone, entonces, un replanteamiento de lo que tenemos por seguro. Formas de lo invisible rescata momentos de lo cotidiano, acciones invisibles para sostener el mundo en su funcionamiento secreto. Son formas que compartimos todas y todos y que, sin embargo, permanecen en la penumbra. Es la administración de un poder frágil que da forma a esta política de lo invisible; una política cotidiana sin otra ambición que no sea la de cuidar, persistir, estar.
Curador “Formas de lo invisible:”
Pedro Donoso
Obra de Jimena Brescia.
Obra de Gimena Castellón Arrieta.
Obra de Gimena Castellón Arrieta.
Conversatorio.
Obra de Jimena Brescia.
Obra de Virginia Guilisasti.
Directora CECAL UdeC:
Amara Ávila Seguell
Exposición realizada en el marco de BienalSur 2023 en el Centro de Extensión Cultural Alfonso Lagos del Campus Chillán de la Universidad de Concepción.
Artistas:
Jimena Brescia
Gimena Castellón Arrieta
Virginia Guilisasti
Textos por:
Alcalde Chillán
Director UdeC
Pedro Donoso
Amara Ávila Séguel
Fernando Farina
Fotografías:
Adolfo Valenzuela
Archivo de la artista Virginia Guilisasti
Archivo de la artista Jimena Brescia
Archivo de la artista Gimena Castellón Arrieta
2023 Chile
BienalSur
La Bienal Internacional de Arte Contemporáneo del Sur es organizada por la Universidad Nacional de Tres de Febrero y la Unión de Naciones Suramericanas.
