Pinturas Recientes de Luciana Rondolini, Museo Larreta

Ciudad de Buenos Aires, Argentina. 30 de mayo a las 18 h.
Pinturas Recientes de Luciana Rondolini
Intervenciones mínimas II
Museo de Arte Español Enrique Larreta
Juramento 2291
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PINTURAS RECIENTES

LUCIANA RONDOLINI

Curada por Delfina Helguera
Ciclo Intervenciones mínimas

El ciclo Intervenciones mínimas, que presenta obras de artistas contemporáneas en diálogo con la colección permanente del museo, permite al visitante hallar piezas que le remiten a temas, técnicas, materialidades y planteos visuales en relación a una colección histórica, sin interferir con el recorrido habitual de las salas.

En su segunda edición, se exhibirán obras de las artistas Alita Olivari (cerámica), Luciana Rondolini ( pintura) y Andrea Alkalay (fotografía intervenida). Podrás recorrerla desde el jueves 30 de mayo en la Sala Escritorio del Museo Larreta. Con curaduría a cargo de Delfina Helguera.

Pinturas Recientes

Consumir y tirar se convirtió en el mecanismo más frecuente en la cultura occidental del último siglo. En las obras que forman parte de su serie Pinturas recientes, expuestas en el Museo Larreta, Luciana Rondolini emprende una recuperación crítica de los objetos de consumo “alimenticio”. Se apropia y opera sobre el packaging de comida chatarra de amplia circulación para exhibirlo luego casi como un desecho.

Esta obra depositada en medio del museo resulta incómoda, un tanto desesperante, debido a que despierta la intensa sensación de que es algo que no debe estar ahí, que profana el espacio sagrado de la exhibición histórica de materiales nobles y añejos. Es Una disrupción ruidosa de colores vibrantes que convoca la atención inmediata a pesar de su limitado tamaño.

¿Es una escultura, un objeto intervenido, un descuido?

Pero hace años que la comida circula como tema protagónico de la obra de Luciana a través de diversas manifestaciones: helados, frutas en descomposición, simulación de cremas chantilly y decorados de pastelería. Preocupada por lo que nos nutre, lo que se consume, lo que se incorpora en el cuerpo, no sólo a nivel gastronómico.

En Pinturas recientes hay otro contraste entre lo que se espera ver en función del título y lo que finalmente se encuentra. Estas bolsas de snacks pueden constituirse en el retrato de una sociedad que devora ingredientes nocivos, pero que se venden embellecidos por empaques brillantes y atractivos, deteriorando la salud y el medio ambiente en un mismo movimiento. Veneno para el cuerpo y veneno para la naturaleza a través de la generación de plásticos y envases no degradables,sumada a la utilización permanente de ingredientes como el glutamato, que intensifica los sabores a cambio de provocar adicción.

Sobre la elección de los elementos que funcionan de soporte para estas pinturas, Luciana referencia la dificultad de comprar materiales artísticos en un contexto de crisis inflacionaria y con un mercado de arte reducido, trabajando así con lo que se encuentra a mano. Pero no todo se reduce a esa carencia. Especialista en nutrición, analiza la alta toxicidad de la comida chatarra producida en serie. Esa insuficiencia de recursos para comprar materiales artísticos se traduce también en el hecho de que paradójicamente, los alimentos más nocivos suelen ser los más económicos, los de más fácil acceso para todas las clases sociales;mientras que los alimentos reales, los más saludables, son los que alcanzan a veces precios prohibitivos, teniendo así alcances mucho más limitados.

Su selección remite al Pop Art, que hace ingresar por primera vez a estos bienes masivos y cotidianos a la esfera del arte, como las gaseosas, las golosinas, los enlatados, así como a los hábitos ligados a estos ultraprocesados, tan recientes en la historia de la humanidad.

Pertenecemos y crecimos en una sociedad que industrializa el alimento, donde todo se vende con un diseño publicitario, resaltando atributos específicos y exaltando su capacidad de seducción para fomentar nuestra decisión de compra. Los envoltorios y sus marcas se convierten en signos de un consumo que se exhibe incluso con orgullo y con un carácter identitario. Son insignias de una forma de vida programada para el bienestar y la comodidad.

Sin embargo, aquí Luciana anula la marca, no la ensalza ni la glorifica. Con diseños geométricos que pinta por encima y que rememoran al arte moderno, la artista suprime la identidad publicitaria: tapa los logos, las marcas, los colores,características de unos empaques que los vuelven reconocibles a nivel internacional y transversales a toda la sociedad, que consume exactamente lo mismo en cualquier parte del planeta, en la creación de un gusto gastronómico universal.

Luego de esta intervención, un embalaje masivo pasa a convertirse ahora en una obra única, en una pieza individualizada.

A lo largo del siglo XX,la alimentación como nunca antes se convirtió en parte de la maquinaria industrial que, en apariencia, tiene el objetivo de facilitar la vida cotidiana con platos listos para consumir. Luciana considera como una situación macabra el hecho de que salgan a la venta mercaderías que resultan tóxicas a largo plazo,que son adictivas, carentes de todo tipo de nutrientes y que negocian con la salud de un público que confía en los artículos que son admitidos para su venta en el mercado.

Este sistema se convirtió en un dispositivo imparable que promueve “soluciones” y vende la practicidad de tener todo listo y resuelto en pocos minutos para ahorrar tiempo, a través de una publicidad irónica y perversa, porque, ¿hasta qué punto ahorramos tiempo en la cocina comprando comida prefabricada, cuando después perdemos años de vida a causa de las enfermedades asociadas al uso frecuente de estos productos, como la obesidad, el colesterol o la glucemia?

Luciana sacude los estándares del buen gusto interviniendo con residuos la sala de exhibición, con un packaging reciclado, reutilizado como soporte iconográfico, y nos impone la pregunta: ¿realmente estamos dispuestos a ese intercambio?

                                                                                   Evelyn Sol Marquez

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Museo Larreta
Dirección: Juramento 2291
Horarios para recorrer la exhibición:
Lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 19 h.
Sábados, domingos y feriados de 11 a 20 h.
Martes cerrado.

Entrada
Público General: $500
Extranjeros no residentes: $3000
Miércoles gratis
Jubilados, estudiantes universitarios presentando acreditación, personas con discapacidad más un acompañante, menores de 12 años y grupos de estudiantes de colegios públicos, sin cargo.

 

 

+ info https://buenosaires.gob.ar

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