Imaginaria, disidente

Guatemala. 3 de febrero de 2015, 19 hs.
Inauguración de la exposición Imaginaria, disidente
Centro Cultural de España en Guatemala
http://www.cceguatemala.org

 

 

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Photo por Diego Britt. Pablo Swazey armando su obra en Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, Habana, Cuba.
Inauguración exposición
3 de febrero de 2015, 19 hs.

La Cooperación Española, a través del Centro Cultural de España en Guatemala, presenta la exposición Imaginaria, disidente, curada por Rosina Cazali, que se inaugurará el próximo martes 3 de febrero a las 19 hs.

Imaginaria, disidente es el título del proyecto expositivo que, por primera vez, ofrece una mirada retrospectiva sobre la complejidad del Grupo Imaginaria. Además de una plataforma de diálogo, Imaginaria fue un colectivo de artistas que abrió las puertas de una pequeña galería de arte en Antigua Guatemala en 1987. En el marco de las tensiones sociales y políticas de los 80 se transformó en un aliento frente al silencio, la indiferencia y la confusión de aquella década trágica.

Abrir la galería Imaginaria -de imágenes- fue una iniciativa de los artistas Moisés Barrios y Luis González Palma. Sin embargo, rápidamente se adhirieron artistas fundamentales como Isabel Ruiz y Pablo Swezey, Erwin Guillermo y Daniel Chauche. Sofía González, César Barrios, Paola Ferrario también se aliaron en tiempos cortos atraídos por las dinámicas del grupo.

La elección del nombre por parte de Barrios y González Palma abrió un abanico de cuestiones que gravitaban en torno a las posibilidades de (re)imaginar el arte fuera de la ciudad y, en la medida de lo posible, tomar distancia de un panorama restringido por los intereses meramente comerciales, las formas decorativas, los cromos costumbristas y de corte nacionalista que pulularon en aquella época y que fueron la base de las primeras colecciones formadas por bancos privados como la del Banco Industrial.

La autogestión de una galería de arte desde un espacio mínimo situado en la Antigua Guatemala rápidamente pasó a ser referente de algo distinto. En una época de transición social y política, en el marco del inicio del período de posguerra y la primera elección democrática de un presidente civil, Imaginaria y su grupo de artistas, más adelante reconocidos como “los imaginarios”, sin proponérselo provocaron las condiciones para generar un espacio dúctil, abierto y permeable a lo que estaba sucediendo en contextos culturales tan vitales como México. Para el núcleo duro compuesto por Barrios, González Palma, Ruiz y Swezey el proyecto fue un lugar donde volcar la experiencia artística y la urgencia de reflexionar sobre el momento político y social. También fue un espacio para desarrollar tareas que más adelante fueron perfilándose como propias del trabajo curatorial además de un espacio de apoyo a las letras, la música y a exploraciones en la danza contemporánea, como las que realizaba el Taller Coreográfico Contemporáneo, a cargo de los bailarines Carlos Andrade y Delia Vigil.

Con altos y bajos, en diferentes momentos de cierres y aperturas del espacio, la galería Imaginaria cerró definitivamente sus puertas a principios de los 90. En ese breve lapso temporal, en un recinto minúsculo, la galería se transformó en un espacio de aprendizaje y debate. Provocó un foco de atención que atrajo la invitación de instituciones como el Museo de Arte Moderno de México y el desaparecido Museum of Contemporary Hispanic Art en Nueva York.

En ese contexto las prácticas escultóricas con materiales no tradicionales de Pablo Swezey, las instalaciones de Isabel Ruiz, la exploración pictórica de Moisés Barrios y el quiebre definitivo de la tradición fotográfica en la obra de González Palma, se convirtieron en una herramienta estético-política de primer orden. El principal aporte del colectivo se generó desde el estudio y la reflexión de temas fundamentales como la identidad. También en la experimentación de medios como el instalacionismo y la hibridación de técnicas como la pintura y la fotografía, todo ello en función de los discursos. En el plano de esos procesos globales que comenzaban a variar el panorama artístico de Latinoamérica, los artistas se vieron intelectualmente enriquecidos a través de relaciones que desarrollaron con actores externos e iniciativas regionales. Sin embargo, uno de sus mayores aportes fue la aventura de marcar un momento de disidencias, en una época de muchas sombras y dudas.

La exposición, Imaginaria, disidente, aspira a presentar una visión crítica del aporte del Grupo Imaginaria desde su formación. También explora ciertos aspectos de las trayectorias posteriores a Imaginaria, explora las ideas y modelos estéticos que incidieron en una nueva forma de pensar el arte o hacer fotografía.

A través del estudio de ese momento cultural, artístico e histórico, la exposición aborda esa particular experiencia de autogestión para reconocer y analizar las bases de lo que hoy reconocemos y nombramos como contemporaneidad. Una contemporaneidad construida desde la periferia, afectada por el contexto histórico, político, social y económico de Guatemala de aquellos años.

+ info http://www.cceguatemala.org

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