Ciudad de Buenos Aires, Argentina. 22 de octubre 2021.
Color local
CCEBA, Centro Cultural de España en Buenos Aires
Paraná 1159, C.A.B.A.
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Color local
Darle forma al centro, un proyecto encargado por el CCEBA y concebido por la curadora Lara Marmor en el que podrá visitarse la exposición Color local, con curaduría de Rodrigo Barcos.
Este proyecto reúne en sala una selección de piezas de la colección del CCEBA con autoría de Eduardo Costa (Buenos Aires 1940), Nicolás García Uriburu (1937), Graciela Hasper (Buenos Aires, 1966), Enio Iommi (Rosario 1926), Hugo Padeletti (Alcorta, Santa Fe, 1928) y Pablo Suárez (Buenos Aires, 1937) en diálogo con los trabajos de Ana Wandzik (Rosario, 1981), Gaspar Núñez (Tucumán, 1994), Mariela Vita (La Plata, 1978), Fernanda Laguna (Buenos Aires, 1972), Lola Orge Benech (Córdoba, 2000) y el colectivo Felina Súper Heroína (formado en 2010 por artistas de la ciudad de La Plata y de la provincia de Buenos Aires). También se suman fragmentos de videos de la colección Bruzzone como el de la mítica exposición que realizó Sebastián Gordín en la entrada del ICI en 1992.
A partir de la reunión de estás obras y documentos, Barcos busca acercarse a la construcción de una perspectiva sobre la historia del arte reciente y actual bajo una hipótesis de lectura basada en la indagación de nuevas genealogías, territorios poco explorados y puntos de vista menos indagados por la historiografía local. El curador aborda diversas facetas de la producción de las y los artistas como lo son la realización de obra o la tarea de gestión en espacios autogestionados. Una exposición que ensaya aproximaciones por otros circuitos.
Varios fueron los intentos dentro de la historia de ordenar y sistematizar las características de lo que sería una identidad del arte argentino. Desde una perspectiva historiográfica como lo hizo José León Pagano en El arte de los argentinos o Eduardo Schiano en La Evolución del gusto en Buenos Aires pero también desde la praxis, como el Estado a través del Salón Nacional a partir de 1911 o desde un lugar más pequeño Gumier Maier programando una sala universitaria con un contenido que no encontraba eco en otros lugares a comienzos de la década de los 90.
Las colecciones institucionales como la de los museos nacionales o provinciales o de las fundaciones orientadas al arte contemporáneo son parte del resultado de esa búsqueda que desde una dimensión política intentan dar relato a una época.
Los años noventa fueron de mucha efervescencia cultural. El ICI, Instituto de Cooperación Iberoamericana – nombre con el que se conocía en esos años al actual Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA) – junto a otros espacios del centro porteño como la galería Ruth Benzacar y la Fundación Federico Jorge Klemm fueron lugares clave donde una diversidad de artistas y agentes culturales orbitaron.
Podría pensarse al Centro Cultural España en Buenos Aires como un establecimiento singular que atravesó vaivenes institucionales cambiando de sede y de nombre, pero que aún así logró ubicarse como un lugar de pertenencia para la comunidad artística. Su colección de obras responde a cierto eclecticismo perteneciente a todo Centro Cultural, instituciones versátiles y de naturaleza multidisciplinaria. Y es en ese lugar donde encuentra su particularidad y descansa su potencia. A diferencia de la mayoría de las colecciones no fue pensada como una herramienta para la construcción de un relato cerrado en el cual escribir una historia del arte hegemónica, más bien se puede ubicar en el plano de la contingencia donde subyace una trama afectiva.
La mayoría de las piezas del patrimonio están conformadas por regalos y donaciones de los propios artistas que realizaron a la institución después de concluir sus muestras, como en el caso de la obra “Caso nº 1” exhibida en septiembre de 1999 en la exposición “Empresas contaminantes auspician”, de Nicolás García Uriburu, la pieza de Enio Iommi exhibida en junio de 1994 en “Para no caer en los toques tradicionales” o “Plaza San Martín con ICI – Ruth Benzacar – Di Tella – Saint Moritz” de Graciela Hasper exhibida en Geografía en octubre de 2001.
A partir de la singularidad propia de la colección y de la historia de su institución, Color Local aborda sus obras como disparadores para indagar en los procesos y dinámicas de producción que se pueden observar en el desarrollo de las escenas artísticas. Una de estas características son los proyectos auto-gestionados de artistas por fuera de las instituciones oficiales que se multiplicaron a partir del comienzo del nuevo milenio pero que también encuentran sus raíces en décadas anteriores. Estos proyectos inevitablemente vinieron a poner en evidencia las problemáticas derivadas de la falta de contexto poniendo en tensión a las instituciones.
Como antecedente podemos ubicar la acción realizada por Sebastián Gordín en 1992 en la puerta del Instituto de Cooperación Iberoamericana de la calle Florida -donde al no recibir una invitación para mostrar sus obras- el artista decide realizar una exhibición en una maqueta a escala del ICI prestada por Roberto Jacoby. Así es que durante el transcurso de varios días interpela a oficinistas y transeúntes de la calle Florida con su pequeña y autogestionada exhibición. Desde hace pocos años esa maqueta del ICI junto al registro de la performance forma parte de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes. Puedo concluir entonces, que esa actitud propositiva en relación al medio, es un rasgo característico y puede rastrearse desde hace tiempo. Un suelo fértil para la creación de instituciones alternativas, metodologías y modelos propios.
Dos décadas antes de la acción de Gordín, pero casi en el mismo punto geográfico, Pablo Suárez concibe como obra una carta dirigida a Romero Brest en la cual renunciaba a su participación de las “Experiencias 68” convocadas por el Instituto Di Tella y enunciaba su posición frente a las instituciones, repartiendo copias en la calle Florida. Si Suárez en la puerta del ITDT se posicionaba en contra de la institución, Gordín en la puerta del ICI esperaba ser incluído. Esta tensión entre el afuera y el adentro de las instituciones se empieza a disolver a partir de los años dos mil para proponer una reciprocidad entre lo alternativo y lo oficial, generando vínculos de cooperación entre proyectos y espacios alternativos con los espacios institucionales.
En el año 2012, el colectivo Felína Super Heroína, realizó una exhibición donde invitó a más de treinta artistas que se agruparon en ocho colectivos distintos, a trabajar en los subsuelos del Teatro Argentino de La Plata (TAE) a partir de los descartes de los talleres de escenografía. Durante tres días cada colectivo se apropió de un sector de la sala de exhibición y reutilizó materiales que estaban destinados a la basura para crear obras e instalaciones en sus espacios y en donde realizaron distintas actividades como performances y lecturas. Luego de los tres días de producción la exhibición quedó abierta al público. En el registro de esta acción presentada por el colectivo es donde se desprende otra de las características de producción que me interesa abordar, la relación que los artistas establecen con los materiales. Un pacto de confianza y entrega. Producen con lo que hay, con lo que tienen a mano, pero sobre todo, dejan que los materiales los guíen con absoluta confianza.
Hay una utilización del desecho como materia prima que se repite en múltiples producciones. A comienzos de los años 80, Yente y Juan del Prete cambiaron unos electrodomésticos y se dieron cuenta que los materiales de descarte como los envoltorios, cartones y el telgopor, eran una fuente sustancial para su producción. Así es que cada uno a su manera, le dan forma a una vasta cantidad de obras. Esta anécdota que sirve para ilustrar esa relación íntima con los materiales y la cotidianeidad también está presente en las obras de Fernanda Laguna, Ana Wandzik y de Lola Orge Benech que como alquimistas, fusionan distintos elementos recolectados para darle vida a personajes y objetos fantásticos. Mariela Vita en cambio utiliza materiales industriales pensados para la construcción para realizar sus instalaciones. En esta operación hay un uso queer de los materiales torciéndolos de su destino final y aparente. Acompañando esta dirección se encuentra la obra “Limón”, exhibida en marzo de 1998 en la exhibición “La pintura dura”, de Eduardo Costa que abandona el uso tradicional de la pintura acrílica pensada para el lienzo o madera para usarla como materia prima de pequeñas esculturas -o en sus propias palabras- de pinturas representativas tridimensionales.
Reflexionar sobre lo queer o cuir en nuestra región implica pensar en una estructura de pensamiento que escapa a lo esperado, que crea contextos donde no los hay, que genera desvíos y fugas en lo ya existente, que hace aparecer la noche en el día.
La serie de retratos que realizó Gaspar Nuñez con los ojos cerrados se puede leer desde esta perspectiva. En vez de presentar una mímesis o semejanza pertinente al género emerge una línea escurridiza guiada por la intuición. Esta línea intuitiva es también muy característica de algunos escritores y poetas que como un lado B de su práctica realizaron obras simples y sin pretensión, como Hugo Padeletti o Mujica Lainez.
Color Local propone ciertos desplazamientos en los cuales las obras del patrimonio dialogan con los y las artistas invitadas presentando una posible genealogía formal y conceptual, pero también es una reunión de artistas que escapan al modelo tradicional, o quizás mejor, que podríamos pensarlos como el modelo local: Producen, piensan, escriben, editan, curan, gestionan colectivamente. Tanto sus biografías como sus prácticas están en constante fuga.
Curaduría
Rodrigo Barcos (La Plata, 1991). Egresado del Bachillerato de Bellas Artes de la UNLP. Participó del Programa de Artistas y Curadores de la Universidad Torcuato Di Tella. Durante 2015-2018 dirigió la galería BÚM en La Plata. En 2017 participó de la Bienal Nacional de Arte en el Museo de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca y en 2019 del Salón Nacional de Arte Contemporáneo de la Universidad de Tucumán. Fue curador de la exhibición Ideas en Mente de Dani Umpi (Fundación el Gran Vidrio, Córdoba) y El borde de mi piel de Rocío Sibecas (Museo de Bellas Artes Emilio Petorutti, La Plata). Colabora con reseñas y artículos en diversos medios especializados en arte. Actualmente trabaja en el equipo curatorial del Centro Cultural Ricardo Rojas.
Lara Marmor es historiadora del arte (UBA). Integra el comité curatorial de la Fotogalería del Teatro San Martín donde curó Fotoestudio Luisita (2019); Distancia de una figura; Soy un disfraz de tigre (2019); Veinticuatro Exposiciones (2020); El espíritu del éxtasis (2021). Otras curadurías: Hotel Palmera (c/G.Pérez-Barreiro, C.Fortabat, 2020); Diez años de PintorAs (Usina del Arte, 2019); Radio (CCK, 2018); El dominio del mundo (UTDT, 2017); Mano de obra (C.Fortabat, 2017); Oasis (c/F.Baeza y S.Vidal, Dixit-arteBA, 2016); Un espacio para la obra que no tuvo lugar (FNA, 2014). Dicta el seminario “Exposición de exposiciones” (Programa para Artistas UTDT) y Proyecto Curatorial I (UNA). Su proyecto Segundo piso por escalera fue seleccionado y exhibido en el Concurso Proyectos Curatoriales de F. Proa (2014) y su trabajo curatorial fue distinguido con el Premio 1ª Edición Concurso Jóvenes Curadores arteBA (2013).
ARTISTAS PARTICIPANTES
Eduardo Costa – Felina Super Heroína – Nicolás García Uriburu – Sebastián Gordin – Graciela Hasper – Enio Iommi – Fernanda Laguna – Gaspar Núñez – Lola Orge Benech – Hugo Padeletti – Pablo Suárez – Mariela Vita – Ana Wandzik
ARTISTAS COLECCIÓN CCEBA
Eduardo Costa (Buenos Aires, 1940)
Estudió Literatura e Historia del Arte en la UBA. En la década de 1960 participó activamente en el Instituto Torcuato Di Tella. Entre sus exposiciones individuales se destacan Retrospectiva MAMBA (Buenos Aires, 2004) ; Volumetric Paintings: The geometric Works, Cecilia de Torres Gallery (Nueva York, 2001) Global Conceptualism (Nueva York, Minneapolis, Cambridge y Miami, 1999) La pintura dura, pura, ICI (actual CCEBA, 1998) Ha participado en numerosos proyectos colectivos ligados al arte conceptual y los medios de comunicación en instituciones culturales de Estados Unidos, Europa y Latinoamérica.
Nicolás García Uriburu (Buenos Aires, 1937 – 2016)
Estudia arquitectura en la Universidad de Buenos Aires, a la vez que desarrolla su producción artística. Recibió el Premio Braque (1965) y el Gran Premio en el Salón Nacional de Artes Plásticas (1968), con “Las tres gracias”. En 1968 la Galería Iris Clert de París, presenta “Prototipos para un jardín artificial”, exposición con animales y plantas de acrílico. En la Bienal de Venecia de 1968, Uriburu lleva a cabo su primera intervención en la naturaleza, coloreando de verde las aguas del Gran Canal con fluoresceína (un fluorescente inocuo). Esta intervención marca el comienzo de una serie de acciones en contra de la contaminación de las aguas, desarrolladas, posteriormente, en ríos de Nueva York, París y Buenos Aires y en fuentes y puertos de todo el mundo. En 1981, junto a Joseph Beuys, colorea el Rin y planta 7.000 robles durante la Documenta 7 de Kassel. En 1982 planta 50.000 árboles en las calles de Buenos Aires, acción que repetirá en varias ocasiones.
Graciela Hasper (Buenos Aires, 1966)
Estudió en el taller de Diana Aisenberg (1988-1991) y realizó la Beca Kuitca-Fundación Antorchas (1991-1993). Participó de las residencias Art Omi, Nueva York (1997); Apex Art, Nueva York (2000) con una beca Fulbright-Fondo Nacional de las Artes; Fundación Chinati, Marfa (2002) y The Rockefeller Foundation Bellagio Center Residency, Italia (2005). Ha participado en numerosas exhibiciones colectivas, entre ellas: Tácticas luminosas . Artistas mujeres en torno a la galería del Rojas, Museo Fortabat, Buenos Aires (2019); Encofrados , MACBA, Buenos Aires (2017); Recovering Beauty , Blanton Museum, Austin (2011)
Enio Iommi (Rosario, 1926 – Buenos Aires, 2013)
Co-Fundador e integrante de la Asociación Arte Concreto – Invención (1945) en 1952 integró el grupo Artistas Modernos de la Argentina. En 1975 es nombrado Miembro de Número de la Academia Nacional de Bellas Artes, a lo que renuncia en 1999. Sus obras han sido expuestas en Argentina, Brasil, Chile, EEUU, España, Inglaterra, Suecia y Suiza, entre otros lugares.
Hugo Padeletti (Alcorta, Santa Fe, 1928 – Buenos Aires, 2018)
Fue poeta y artista plástico. De 1961 a 1965 fue director del Museo de Bellas Artes Rosa Galisteo. En 1989 publicó Poemas 1960-1980 (Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe) volumen por el que recibió el premio “Boris Vian”. Fue Becario de la Fundación Guggenheim y ha sido distinguido con el premio de poesía del Fondo Nacional de las Artes y el premio Konex.
Pablo Suárez (Buenos Aires, 1937 – 2006)
Pintor, dibujante y escultor fue uno de los principales protagonistas de la década de 1960. Protagonista del Instituto Torcuato Di Tella. En 1961 presentó su primera exposición individual en la galería Lirolay (Buenos Aires). Participó en Experiencias visuales en 1967 del Instituto Di Tella, presentando un año más tarde, la carta de renuncia al entonces director, Jorge Romero Brest.
En 1994 su obra se muestra en la XXII Bienal Internacional de San Pablo, y en 1997 en la Bienal del Mercosur (Porto Alegre) Recibió numerosos premios y distinciones como el “Primer premio de pintura” por la obra Exclusión, Fundación Constantini (Buenos Aires, 1999) año en el que se afincó en Colonia (Uruguay).
ARTISTAS INVITADOS
Sebastián Gordín (Bueno Aires, 1969)
Estudió dibujo en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano de la cual egresó en 1989 como profesor de dibujo. Ese mismo año realizó su primera muestra individual titulada Gordín Pinturas, en el Centro Cultural Ricardo Rojas. En 1982 expuso sus cajas en el Casal de Catalunya y el mismo año desarrolló frente al Instituto de Cooperación Iberoamericana ubicado en la calle Florida de Buenos Aires, una performance en la cual ubicó en la puerta de la institución una maqueta del ICI sobre la que montó su muestra consistente en obras en miniatura. Otras de sus muestras fueron en el ICI (1993), Primera Bienal de Arte de Johannesburgo, Sudáfrica (1995), como invitado, Galería Ruth Benzacar (1999), ICI (2001), Pequeños reinos (2003) inaugurando el espacio de la Fundación Telefónica en Buenos Aires, Nocturnia en la Galería Ruth Benzacar (2006) y Las criaturas que duermen a nuestro lado, en la galería Distrito 4 de Madrid (2007).
Felina Super Heroína (Provincia de Buenos Aires, 2010)
Felina Super Heroína es un colectivo de producción multidisciplinario y galería de arte ambulante formada en octubre del 2010 por artistas emergentes de la ciudad de La Plata y la provincia de Buenos Aires. El colectivo se dedica a realizar de forma autogestionada el montaje de una galería de arte, que dada su naturaleza ambulante propone una identidad efímera, en la que se promueve el trabajo de los miembros fijos del equipo tanto como experiencias mixtas con otros artistas y productores de diferentes disciplinas, desde la música y la performance hasta la cocina experimental.
Ana Wandzik (Rosario, 1981)
Editora, artista visual y diseñadora aficionada. Lic. en Bellas Artes por la UNR. Conduzco junto con Maximiliano Masuelli la editorial Ivan Rosado, a la par de la cual desde 2009 desarrollamos espacios de reunión, difusión e intercambio en torno al arte argentino de los últimos siglos. Parto del dibujo para ir hacia el bordado, la pintura o el grabado. Realicé muestras individuales, participé de colectivas y de festivales de poesía. Publiqué Galopa y otros poemas (Neutrinos, 2013), Un huracán lento (Danke, 2016), Manifiesto para un arte en el marco de nada (Laguna, 2019), y próximamente Hola amiga (Ivan Rosado). Vivo y trabajo en Rosario.
Gaspar Núñez (Tucumán, 1994)
Desde 2012 exhibe individual y colectivamente en Tucumán, Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Santiago de Chile, Ciudad de México. Es director de Galería Lateral junto a Hernán Aguirre y Florencia Sadir. Durante 2015 asiste a los seminarios del ciclo teórico anual del Fondo Nacional de las Artes en el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán y en 2020 forma parte del programa de Artistas y Curadores de la Universidad Torcuato Di Tella. En 2017 fue premiado en Plataforma Futuro, subsidio para la investigación y creación lanzado por el Ministerio de Cultura de la Nación. En 2018 fue uno de los premiados en el Salón de Arte Contemporáneo de la Universidad Nacional de Tucumán.
Fernanda Laguna (Provincia de Buenos Aires, 1972)
Es una de los artistas más influyentes en Argentina por su práctica multidisciplinaria que se centra en lo visual pero incluye la literatura y la gestión cultural. En 2001 cofundó Belleza y Felicidad, un espacio de exhibición y de encuentro que marcó un antes y después en el desarrollo del arte en Buenos Aires.
Desde 1994 Fernanda Laguna ha exhibido en casi un centenar de muestras individuales y colectivas, las más recientes incluyen Historia universal de la infamia en Los Angeles County Museum of Art (2017); la Bienal Site Santa Fé, NM, USA; Take me, I’m Yours en Villa Medici, Roma y una muestra individual en la galería Campoli Presti, Londres (2018). Obras de Fernanda Laguna se encuentran en las colecciones del Museo Guggenheim, New York; Los Angeles County Museum of Art (LACMA); Centro de Arte Museo Reina Sofía (a través de donación de la colección Patricia Phelps de Cisneros, New York)
Lola Orge Benech (Córdoba, 2000)
Actualmente cursa la diplomatura de Arte Contemporáneo en la UNSAM.
Lola dibuja e ilustra en pequeño formato con tinta y de formas lineales imágenes que vuelca desde lo bi dimensional al espacio en forma de pequeñas esculturas que combinan materiales orgánicos delicados que provienen de la naturaleza con elementos industriales.
Mariela Vita (La Plata, 1978)
Estudió Artes Plásticas y Diseño en Comunicación Visual en la Universidad Nacional de La Plata. En 2019 es Becaria del Fondo Nacional de las Artes. En 2021 participa de Laboratorio Federal en el Museo Sívori. Realizó exhibiciones individuales y colectivas en distintas galerías y museos del país.