Delcy Morelos y Eduardo Basualdo en El Moderno BA

Ciudad de Buenos Aires, Argentina. 28 de febrero 2023.
Exposiciones de Delcy Morelos y Eduardo Basualdo
Programa anual Un día en la Tierra
Museo de Arte Moderno de Buenos Aires
Avenida San Juan 350, San Telmo
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Expo Eduardo Basualdo. ph Guido Limardo 

Delcy Morelos y Eduardo Basualdo

Un día en la Tierra

El Museo Moderno inaugura las exposiciones de Delcy Morelos y Eduardo Basualdo

Con estas exhibiciones individuales se completa la primera etapa del programa anual Un día en la Tierra

Curaduría: Victoria Noorthoorn

 

El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, dependiente del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad, anuncia la apertura las exposiciones Delcy Morelos: El lugar del alma y Eduardo Basualdo: Pupila en el marco del programa Un día en la Tierra. Las nuevas salas inauguran al público este sábado 25 de junio a las 15:00 en el museo ubicado en Avenida San Juan 350, San Telmo.

Un día en la Tierra es el programa anual que despliega un discurso integral y holístico dedicado a la necesaria y urgente reflexión sobre el presente de la humanidad y su relación con el planeta. A lo largo de 2022 y en sucesivas inauguraciones, el museo presentará en todas sus salas más de once exhibiciones, hilvanadas a través de esta amplia narrativa, que incluyen tanto exposiciones colectivas de las colecciones públicas del Museo Moderno en diálogo con artistas invitados como exposiciones individuales, mientras que las plataformas digitales del museo se desarrollarán importantes programas de contenidos artísticos, educativos y sociales.

El Moderno inaugura así una nueva etapa en su programación, cada día más abierta y representativa de la vitalidad y envergadura de la comunidad artística argentina, en línea con su misión de ser un museo cada vez más inclusivo, accesible y federal.

 

 

Delcy Morelos: El lugar del alma

Curaduría: Victoria Noorthoorn, con la colaboración de Clarisa Appendino

El Museo Moderno tiene el honor de inaugurar la exposición individual de la artista colombiana Delcy Morelos (Tierralta, Colombia, 1967), la cual articula el punto de partida del gran discurso que el Museo Moderno presenta a través de su programa de exposiciones 2022, Un día en la Tierra.

El lugar del alma, la obra monumental que Morelos ha desarrollado especialmente para el Museo Moderno, transforma el segundo subsuelo del Museo en un espacio de contemplación reflexiva que problematiza el territorio y la tierra como materia. Realizada con tierra especialmente preparada en combinaciones con canela, clavo de olor y café, la obra busca recuperar la armonía del ser humano con su entorno, evoca los rituales de la Argentina andina que se yergue verticalmente desde el centro de la Tierra y articula un homenaje a la Pachamama. De este modo, sumergidos en sus entrañas, los visitantes podrán disfrutar de una experiencia sensorial compleja, y, en silencio, escuchar, como la artista, el sonido de la tierra.

En sus palabras:

Al entrar, el visitante cruza un umbral y se interna en la humedad profunda de la tierra y por un momento parece llegar a las profundidades mismas del ser. Estar en contacto con la tierra e internarse en ella es entrar en contacto con lo que nos constituye y nos nutre; los cimientos donde se desarrolla la vida mientras es habitada por el alma. El arte permite la posibilidad real y mítica de crear momentos y espacios sagrados. (…).

Para reconectar con la naturaleza, despierto en mí el arquetipo de la mujer ancestral, la maga, la curandera y la bruja del caldero (…). Quiero entender el poder de la tierra, de la materia, del espíritu, las plantas, el color, el fuego, el viento, el agua y el trueno; encontrar presagios en las nubes, en el café, en el chocolate, en las manchas de la acuarela y en el canto de los pájaros; cultivo plantas para aprender de ellas; escucho y respeto los ciclos de la luna, que rigen las aguas, las mareas, las emociones y los ciclos femeninos.

La artista de extensa trayectoria ya delineaba, hacia los años 2000, en inmensos dibujos a tinta y acuarela a través de una práctica muy cercana al trance, infinitas repeticiones de un gesto vital: la construcción insistente y sensible de tramas orgánicas, infinitas, abstractas. Como si la vida misma se constituyese a partir de la acción del dibujo, del delinear cada célula, cada sinapsis, cada línea que va al encuentro de la próxima. Luego de tantos años, Morelos continúa afirmando aquella búsqueda propia del ritual, de lo sagrado, cuando afirma:

Lo que atesora mi memoria es sagrado, ha llegado a serlo. Son los gestos que ahora se repiten y se honran, los gestos sagrados de generaciones de mujeres que se actualizan en mí y me desbordan. Ninguna superficie alcanza para expresar el contenido de lo sagrado, del dolor y el amor que ha corrido desde ríos ancestrales de sangre y de llanto. Lo sagrado, entonces, no se expresa hacia fuera, sino hacia adentro, yendo a las raíces, volviendo al interior. Siempre adentro, en la oscuridad que ilumina.

En el Museo Moderno, la obra de Morelos es espacio de ofrenda y espacio de ritual, de introspección infinita. Rinde homenaje a la tierra de la fertilidad, la abundancia, y la posibilidad, que es, también, la tierra testigo del dolor, de las violencias, y la muerte en nuestra región:

Lo primero es mi pregunta sobre la vida, sobre el dolor y la muerte. (…) ¿Cómo puede un ser humano ser tan cruel y causar tanto daño a otro ser humano? ¿Qué lo hace ser tan violento? ¿No hay empatía? ¿No hay culpa? ¿Qué impulsos dominan a una persona que decide matar o torturar? También surgen preguntas sobre la vida, la muerte, el miedo, el dolor y el racismo. Estas preguntas se materializan en imágenes.

 

 

 

 

 

 

 

Fotografías de Delcy Morelos por Josefina Tommasi

 

Biografía: Delcy Morelos (1967, Tierralta, Colombia. Vive y trabaja en Bogotá, Colombia).

Durante las últimas tres décadas, Delcy Morelos ha desarrollado una práctica dinámica en diferentes medios, como la pintura, la instalación y la escultura, realizadas principalmente con tierra, arcilla, telas, fibras y otros elementos naturales. Inició su carrera como pintora centrándose en el uso de pigmentos rojizos sobre superficies de papel, pero, con el tiempo, sus pinturas pasaron de los rojos a los tonos terrosos y luego a instalaciones inmersivas a gran escala hechas de tierra.

Ha expuesto de manera individual y colectiva en museos, salones de arte y galerías tanto en Colombia como en otras ciudades del mundo. Este año fue seleccionada por la curadora Cecilia Alemani para exhibir su obra Earthly Paradise en “The Milk of Dreams”, la exposición principal de la 59° Bienal de Venecia. Durante 2018 presentó Enie en la galería NC-arte de Bogotá, y el mismo año fue seleccionada para crear una obra en el marco del X Premio Luis Caballero (Alcaldía de Bogotá-IDARTES) junto con otros siete artistas, cuyas propuestas se exhibieron durante 2019 y 2020. Ha realizado exposiciones individuales como La superficie de la madre en Southern Alberta Art Gallery (2019), Inner Earth en Röda Sten Konsthall, Gotemburg (2018), Bosque digerido en Sami Center of Contemporary Art, Karasjok, y Eva en Getrude Contemporary Gallery, Melbourne. En años anteriores participó de la Bienal del Mercosur en Porto Alegre (2009), la 2da Bienal Internacional de Tijuana (2004), y la VI Bienal de la Habana (1997). Participará en Still Alive / Trienal de Aichi, Japón por inaugurar en julio de 2022. La presencia de esta obra en el Museo Moderno constituye la primera exposición individual en la Argentina de esta artista de gran trayectoria internacional.

 

 

Eduardo Basualdo: Pupila

Curaduría: Victoria Noorthoorn, con la colaboración de Alejandra Aguado y Clarisa Appendino

Pupila es la ambiciosa exposición individual que el artista argentino Eduardo Basualdo (Buenos Aires, 1977) ha desarrollado especialmente para el Museo Moderno en diálogo con su directora Victoria Noorthoorn, con quien ya ha colaborado en el pasado, y notablemente para las Bienales de Pontevedra (2006) y Lyon (2011). Se trata del primer proyecto a gran escala que el artista presenta, en mucho tiempo, en un museo público de Argentina luego de hitos internacionales como lo fueron sus participaciones en el Palais de Tokyo, París, en 2014, en la Bienal de Venecia en 2016, o su exposición actual en el museo Hamburgher Banhoff de Berlín.

A través de Pupila, Basualdo invita a los espectadores a realizar un viaje imaginario a través de las profundidades de la mente humana. Comparte generosamente, a través de decenas de dibujos, sus investigaciones recientes sobre el poder de la mirada como acción constituyente del proceso de desarrollo humano, pero asimismo, como acción performativa y, por lo mismo, transformadora de la vida –o más específicamente, de las relaciones humanas–. ¿Cómo es el mar que nos habita? ¿Quiénes pululan nuestros abismos? ¿Cómo visualizar dichas imágenes? En Pupila, el artista comparte su extenso proceso de investigación, que refiere “Es un proceso que podría hacer ¡cada uno!” y con tales palabras invita al público a un fascinante viaje introspectivo. Es el viaje de las imágenes que desfilan por la mente del artista cuando busca evocar y comprender las vivencias del pasado y del presente.

En los últimos años, la obra de Basualdo atraviesa un proceso en el que las imágenes fluyen de un interior subjetivo y remoto bajo la forma de instalaciones, objetos y, más recientemente, de una proliferación de dibujos desarrollados con una motivación más experiencial que proyectual. Las instalaciones y esculturas a gran escala transforman lugares comunes en espacios inquietantes y perturbadores, mientras que el dibujo es un elemento esencial que funciona como una herramienta de exploración de fantasías internas. A través de esos procesos se desarrolla una búsqueda, que es la búsqueda de la comprensión de la existencia, del nacimiento, de las relaciones familiares y ancestrales.

Las obras remiten a su mirada interior: retratan el proceso de repliegue de la mirada para mostrarnos cómo el ojo volcado hacia adentro contempla los paisajes interiores de su “casa-cabeza”. Si en obras anteriores la casa es tomada desde una perspectiva material y psicológica homóloga al cuerpo, ahora toma el lugar específico de la cabeza. A través de esta metáfora, la cabeza es un lugar límite, pero también un espacio infinito que funciona al mismo tiempo como lugar de recogimiento y de peligro, un lugar en el que perderse. La proliferación de dibujos muestra, justamente, el recorrido del ojo al interior de la cabeza, mientras que en la gran instalación ese recorrido cobra volumen y muta a través de movimientos.

La pupila es a la vez orificio y membrana a partir de la cual conocemos no sólo el mundo y nuestro propio cuerpo, sino también el mundo interior al deambular por la cabeza, a través de la oscuridad de los pensamientos. Es entonces cuando la membrana óptica, frágil y poderosa a la vez, que separa el mundo interior del exterior, se diluye. El dibujo como narrativa y como gesto incansable impulsa a interrogar la mirada, los cuerpos y el territorio, intereses centrales en la obra de Basualdo, relativos al señalamiento de los límites geográficos y corporales en relación al modo de vincularnos con el mundo pensado como borde o umbral de existencia.

El espacio de la sala que acoge a la sucesión de dibujos, exhibe el colapso de una estructura mental racional, lo cual da lugar a la aparición de un espacio físico singular, atravesado por un vendaval imaginario. La “dramaturgia del espacio” acompaña el imaginario del artista, dando lugar a una monumental e impactante instalación que se despliega a gran escala en la inmensa sala del segundo piso del nuevo Moderno.

A través del sucederse de obras y espacios, Basualdo aborda vivencias íntimas, tanto individuales como sociales. En este sentido, el texto que inaugura la muestra explicita:
“Las grandes catástrofes tienen la capacidad de deshacer las murallas, o membranas, que separan una persona de otra y el mundo interior del exterior. El ojo del artista se vuelca hacia afuera para contemplar las mismas figuras que hasta entonces anidaban apenas en sus pesadillas en lo más recóndito de su imaginación, como si las cavernas del cerebro no pudieran ya contener ese maligno hervor. Y entiende en ese momento que esas imágenes no le pertenecen enteramente, que surgen del fondo atávico de todas las generaciones precedentes que, en la estela de sus desesperadas migraciones, nos dejaron como legado la espuma de su terror. La incapacidad de saber hacia dónde se mira conlleva el más insidioso de los tormentos. Para salir de esta irrealidad, el artista lo baja al papel: traza, con tinta, lápiz o carbón, signos que no se borrarán antes de ser descifrados, como lo escrito en el agua de los sueños, trazos que pueden mirarse y volver a mirarse, y que otros tal vez también mirarán, y entenderán incluso mejor que él. Un llamado toca a la puerta desde el futuro. La recompensa no será el despertar de la pesadilla, apenas la ínfima y preciosa facultad de distinguir lo que es pesadilla de lo que no.”

 

Expo Eduardo Basualdo. ph Guido Limardo 

 

Expo Eduardo Basualdo. ph Guido Limardo 

 

Expo Eduardo Basualdo. ph Guido Limardo 

 

Expo Eduardo Basualdo. ph Julián Bongiovanni 

 

Biografía: Eduardo Basualdo (Buenos Aires, 1977, donde vive).

En los últimos años, la obra de Basualdo atraviesa un proceso en el que las imágenes fluyen de un interior subjetivo y remoto bajo la forma de instalaciones, objetos y, más recientemente, una proliferación de dibujos que se desarrolla con una motivación más experiencial que proyectual. Sus obras surgen de un ejercicio de traducción de la naturaleza del espacio mental al espacio físico, una búsqueda que se materializa en obras que ofrecen un modo perceptivo que excede lo visual.

Ha participado en distintos eventos en instituciones públicas y privadas de distintas ciudades del mundo. En 2014, exhibió su obra Teoría (La cabeza de Goliat) en el Palais de Tokyo, en París, y fue seleccionado por el curador Okwui Enwezor para participar en la 56ª. Bienal de Venecia (2016). También participó en la Bienal de Gwangju (2014), la Bienal de Lyon (2011), la Bienal del Mercosur, en Porto Alegre (2009), la Bienal de Pontevedra (2006) y presentó su obra en la Fundación Jumex, en México D.F.(2010).

Participó en diferentes becas de estudio nacionales e internacionales como la “Beca Kuitca” en Buenos Aires, la “Skowhegan School of Painting and Sculpture” en Maine y la “SAM Art Project” en París. Su obra forma parte de diferentes colecciones públicas y privadas que incluyen al Hirshhorn Museum, Washington D.C.; Musée d´Art Contemporain de Lyon; el Musée des Beaux-Arts de Montreal; el Musée d´Art Contemporain de la Haute-Vienne, Château de Rochechouart, Rochechouart; Les Abattoirs, Musée – Frac Occitaine, Toulouse; CiFo (Cisneros Fontanals Art Foundation), Miami; Banco Supervielle, Buenos Aires; Adrastus Collection, Arévalo, y Juan y Patricia Vergez, Buenos Aires. En la actualidad es representado por la Galería Ruth Benzacar en Buenos Aires, la PSM en Berlín, y Galeria Luisa Strina en San Pablo. Es miembro del colectivo de experimentación artística Provisorio-Permanente.

 

UN DÍA EN LA TIERRA

Un día en la Tierra es un programa que surge como respuesta a los dos años signados por la pandemia del Covid-19 en que el mundo debió repensarse. Durante este tiempo de desafíos, el equipo del Museo Moderno buscó dar respuesta a la sociedad a través de la activación de programas digitales que involucraron a más de 400 artistas argentinos por año, a un público activo de más de 6 millones de personas online por año y a más de 4000 docentes de todo el país, con quienes hemos mantenido contacto directo y quienes se han interesado en el poder del arte para enriquecer su experiencia pedagógica. Para el Museo Moderno, entonces, atravesar la pandemia significó entender que debíamos estar mucho más cerca y en diálogo cotidiano con las comunidades artísticas y educativas que nos constituyen.

Atravesar la pandemia también significó entender la fortaleza del arte y de las colecciones históricas de este gran museo, que hoy incluye más de 7.600 obras de arte. Decidimos, entonces, invitarlas a hablar: a expresar sus reflexiones, sus propuestas, sus análisis del pasado, que nos ayudan a comprender quiénes somos como humanidad toda.

Así, las obras del pasado y del presente, ya sea de nuestras colecciones públicas como en préstamo, se unen en este programa para reflexionar sobre el dolor de la pandemia, sobre las violencias cada día más visibles en el mundo, sobre la necesidad de erradicar todo gesto de discriminación y abrazar la posibilidad de ser más conscientes de la necesidad de cuidar nuestro planeta, más respetuosos de las diferencias, más seguros del valor del arte para construir un mejor mundo.

Crear Un día en la Tierra es, también, un acto utópico. Significa imaginar que, por un breve momento, hoy, en 2022, caminar por el Museo Moderno es como recorrer la superficie de la Tierra para encontrarnos con sus referencias geográficas y materiales, con los saberes ancestrales, con los modos en que habitamos y sentimos nuestro planeta y con la reparación que el arte puede ofrecer como agente de comprensión y transformación sensible.

 

EXPOSICIONES ACTUALES
Quienes visiten el museo podrán recorrer las salas donde actualmente se presentan las siguientes exposiciones en el marco de Un día en la Tierra:
Delcy Morelos: El lugar del alma
El límite.
Mónica Giron: Enlaces Querandí
Vida abstracta.
Cristina Schiavi: Órbita cromática
Cuerpos contacto
Cuerpos mutantes
Florencia Rodríguez Giles: Sintomario
La Chola Poblete: Ejercicios del llanto
Cartón Pintado: Baile fantástico
Eduardo Basualdo: Pupila

VISITAS AL MUSEO
El museo se puede visitar en Avenida San Juan 350.
Lunes, miércoles, jueves y viernes de 11:00 a 19:00.
Sábados, domingos y feriados de 11:00 a 20:00.
Martes: cerrado.
Miércoles: entrada gratuita para público general.
Entrada general: $50 para visitantes residentes en Argentina.
Reserva de entradas en museomoderno.org.

 

 

+ info https://museomoderno.org

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