Getxophoto 2023

Getxo, País Vasco, España. Del 1 al 25 de junio 2023.
Getxophoto 2023
Festival Internacional de Imagen
+34 946 576 475
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Getxophoto 2023

NAZIOARTEKO IRUDI JAIALDIA

INTERNATIONAL IMAGE FESTIVAL

FESTIVAL INTERNACIONAL DE IMAGEN

 

8 IDEAS

Qué es
Getxophoto es un festival centrado en la imagen que transcurre en Getxo –País Vasco, Euskadi– desde 2007, creado y gestionado por Begihandi. Un festival que forma parte de un ecosistema cultural en continua búsqueda de ser más participativo, híbrido, comprometido y sostenible.

Una conversación
El Festival, de carácter temático, se concibe como una plataforma desde la que se abordan desafíos contemporáneos, a través de diferentes propuestas de narradores visuales de todo el mundo, con el objetivo de crear espacios de reflexión y establecer una conversación colectiva.

Espacio público
Getxophoto se caracteriza por la defensa radical del espacio público (físico y online) como lugar de encuentro, de reconocimiento mutuo y como campo de experimentación, juego y celebración frente a su homogeneización y privatización. Por ello la mayor parte de su programación la componen instalaciones al aire libre, poniendo de relieve, por una parte, el vínculo entre la imagen y el entorno y, por otra, generando una relación más horizontal y participativa con los públicos.

Comunidades
Una de las metas de GETXOPHOTO es la creación de comunidades (compuestas por artistas y públicos) críticas en torno a la imagen que contribuyan a fortalecer el tejido social.

Retornos
Es un Festival arraigado en lo local y regional con una perspectiva internacional que se basa en una cultura de proximidad en la que el centro es la ciudadanía. Promueve la implicación activa de la comunidad en la que se desarrolla y el retorno social a través de su vinculación local (comerciantes, hosteleros, artistas o aficionados).

Digital
Desde un enfoque transversal, el Festival ha venido ampliando su alcance a Internet como espacio donde se desarrolla la cultura visual. Lleva a cabo una programación específica online que incluye diferentes aproximaciones como la realidad aumentada, los podcasts, las apps, las listas de reproducción, las maquetas en 3D o las emisiones en directo, entre otras.

Transición ecológica
La idea de reducir al máximo su impacto medioambiental y convertirse en una iniciativa cada vez más sostenible, guía la política de producción y diseño del Festival.

Igualdad de género e interseccionalidad
Getxophoto es un festival comprometido con la igualdad de género desde una perspectiva interseccional. Se tiene en cuenta el género y otras cuestiones que están íntimamente relacionadas, tales como la clase, edad, identidad sexogenérica, orientación sexual o raza.

La próxima edición de Getxophoto Festival de Imagen se llevará a cabo del 1 al 25 de junio 2023. De la mano de su nueva comisaria, la bilbaína María Ptqk, y bajo el título PAUSA!, el Festival explorará su potencial político. En palabras de la comisaria, “La 17ª edición de Getxophoto quiere ser un lugar para decir: basta, stop, PAUSA! Para detenernos a reflexionar sobre este mundo acelerado y exigir nuestro derecho a la improductividad. A bajar el ritmo, a decrecer, a decir no puedo, no quiero. Porque ¿qué significa no hacer nada? ¿Qué otros tiempos ganamos cuando se supone que perdemos el tiempo?

¿Es la inactividad el nuevo lujo? ¿Y qué papel juegan aquí las imágenes? Parar se ha convertido en un acto de rebeldía y por ello queremos invitarte a reclamar con nosotras esa PAUSA! que tanto necesitamos”.

De esta manera, 22 artistas procedentes de países como Suiza, Japón, Marruecos, Ecuador, México, Argentina, Reino Unido, Brasil o Grecia mostrarán su obra en otras tantas exposiciones e instalaciones (la mayoría al aire libre) en tres ejes principales de la ciudad: el centro de Algorta, el paseo de la playa de Ereaga y Romo Kultur Etxea. El Mercado de Algorta se convertirá en uno de los centros neurálgicos del Festival pues acogerá el Punto de información y varias exposiciones.

Las Galerías Punta Begoña serán otro de los puntos importantes del Festival pues, además de acoger dos exposiciones centrales, allí se desarrollarán varias actividades.

Otra novedad de esta edición será la instalación del artista británico Stephen Gill en el ascensor de Ereaga, apuesta creada para ser vista desde el interior del mismo en sus trayectos de ascenso y descenso. Además, el diseñador gráfico del Festival, Carles Murillo, realizará una instalación específica de 33 carteles con eslóganes que reivindican y llaman a la pausa.

 

PAUSA!

A principios de 2021, un temor se instala entre las élites económicas. Millones de trabajadores empiezan a desertar de sus puestos de trabajo, primero en Estados Unidos, donde las cifras alcanzan los millones de personas al mes, y poco a poco también en Europa. Apodado La Gran Dimisión, el fenómeno se interpreta como un efecto del confinamiento que ha provocado algo inédito en el occidente postindustrial: la interrupción del ritmo productivo. De un día para otro, existe un tiempo para pensar, tomar perspectiva y reevaluar las prioridades. Se libera el espacio mental. Psicólogos y sociólogos consideran que ese excedente de tiempo, esa inmensa e imprevista PAUSA! global, está en el origen del abandono masivo del empleo que afecta indistintamente a trabajadores con salarios altos y a los más precarios. Al parecer, la motivación no son las condiciones económicas sino el desgaste emocional.

La tendencia, que no ha desaparecido del todo, nos dice algo importante sobre el potencial político de la pausa. En estos tiempos de prisas, hiperproductividad y conexión permanente, donde hasta el ocio se ha vuelto eficiente y parece que no existe un reducto de vida que no haya sido conquistado por la rentabilidad, parar –o estar presente de otra forma– se ha convertido en un gesto revolucionario. Ya no basta con el moderado “Preferiría no hacerlo” de Bartleby el escribiente, el diligente oficinista imaginado por Herman Melville a mediados del XIX que deja de ejercer sus tareas con serenidad. Hoy, el deseo de parar se expresa de forma rotunda y se perfila como, tal vez, la única manera de resetear el sistema.

El mundo no puede detenerse

Aunque la digitalización ha traído un cambio de escala, el mito de la productividad nos acompaña desde hace mucho. La arraigada creencia de origen cristiano de que la pereza es un pecado capital no nos ha abandonado. Descartes, Hume o Locke definen al hombre moderno como un hombre siempre ocupado, entregado en permanencia al proyecto civilizatorio del progreso. La vida contemplativa y la lentitud están destinadas a las mujeres y los débiles, ajenos al desarrollo económico e intelectual. Desde entonces hasta hoy, los hiper-productivos son los nuevos héroes, una idea que trasciende el mundo laboral. Como señala Alain Corbin en su Historia del reposo, ese es uno de los cambios entre la época moderna, cuando la productividad estaba circunscrita al trabajo, y la contemporánea, cuando el descanso mismo se ha convertido en una industria. Para Corbin esto coincide con un cambio en el significado social del reposo, que ha sido progresivamente sustituido por el mercado del relax y el entretenimiento. Parar ya no es no hacer nada, es cambiar unas actividades por otras.

La sobrecarga es general. Tanto el trabajo como las relaciones personales o el llamado “tiempo libre” –que no lo es–, está sometido a una lógica de eficiencia y debe efectuarse en modo multitarea y de forma acelerada. Hacer mucho, a la vez y muy rápido es la única forma de controlar el FOMO (Fear of Missing Out), el síndrome contemporáneo que expresa el miedo a perdernos lo último, lo que sea, nos interese o no: la serie del mes, el escándalo de la semana, la story del día. No descansamos ni cuando descansamos porque todo lo que hacemos debe tener una finalidad. Escuchamos los audios de nuestros seres queridos a una velocidad acelerada porque no tenemos tiempo para sus silencios ni sus dudas. Queremos llegar a todo pero tenemos la sensación de no llegar a nada.

Paradójicamente, el exceso de actividad anestesia. La sobredosis de estímulos crea un efecto túnel que nos coloca en los raíles de la inercia y nos impide tomar decisiones nuevas. Según la investigadora Brigid Schulte, mientras que el reposo activa las redes neuronales de la creatividad y multiplica la capacidad de respuesta, la falta del mismo disminuye nuestro cociente intelectual hasta 13 puntos, reduciendo el aprendizaje y la concentración. Jonathan Crary, autor de 24/7. Capitalismo tardío y el fin del sueño, recuerda que la privación de descanso impacta en las capacidades físicas y cognitivas pero también provoca una pérdida del sentido de identidad. Es una forma extrema de desposesión que captura bien el concepto de burnout, término que se usa para describir ese indeterminado malestar contemporáneo y que se traduce literalmente como “quemado”: un tipo de fatiga que no solo es corporal sino psíquica. Por eso no sorprendió cuando el CEO de Netflix dijo que su principal competidor no son las otras plataformas sino el sueño de los usuarios. Puesto que no hay nada peor para los negocios que las franjas económicamente muertas, el consumidor perfecto es aquel que no descansa.

Sobre-estimulados por diseño

Si en un extremo de la cadena está el usuario insomne, explotado hasta en sus horas de sueño, en el otro está el nuevo modelo productivo, característico del capitalismo informacional, que es la economía de la atención. No solo estamos “tristes por diseño”, como afirma el teórico de los media Geert Lovink refiriéndose a la depresión que provocan las redes sociales. También nos estamos convirtiendo en criaturas hiperproductivas a consecuencia del diseño tecnológico. La cultura del 24/7, de la disponibilidad permanente 24 horas al día y 7 días a la semana, es una feature del sistema, una infraestructura socio-técnica en la que desconectar se ha vuelto imposible. Es lo que esconde el modo sleep de los dispositivos: podemos apagarlos un poco pero no del todo. Existe el modo sleep porque el modo off ya no es una opción.

Las redes sociales y en general todas las apps de nueva generación están pensadas para incentivar comportamientos compulsivos explotando la adicción del cerebro a la dopamina, la hormona responsable de la sensación de bienestar. El mecanismo, que se aplica en las máquinas tragaperras y en todos los entornos de gamificación, consiste diseñar un sistema que genera estímulos positivos de manera aleatoria (un like, un comentario, un premio) ya que el cerebro se engancha a chequearlo continuamente. Es un diseño técnico que produce el efecto psicológico de no dejarnos desconectar. Estamos narcotizados pero, incluso en ese estado –o precisamente porque estamos así–, seguimos siendo productivos y rentables. Más aún.

Sabemos que el control de la producción es una cuestión política. La historia de los derechos laborales puede ser leída como una batalla por la regulación de los tiempos de trabajo y reposo: la jornada de ocho horas, el descanso dominical o, en la actualidad, la batalla por la semana laboral de cuatro días. Andreu Belsunces habla de “cronopolítica” para contar cómo nos fuimos poniendo de acuerdo en torno al uso del tiempo, en escalas cada vez más grandes, desde los relojes en los campanarios, visibles para toda la comunidad, hasta el reloj personal y el móvil, de uso individualizado. La última etapa son los satélites GPS, responsables de la gigantesca malla planetaria que sincroniza móviles, computadoras, tráfico aéreo y vial, servidores y centros de datos. Esta sincronización extrema crea un tiempo global compartido entre todos los entes conectados –seres humanos, infraestructuras y aplicaciones informáticas– unidos en una red de procesamiento ultraveloz.

Si percibimos que el tiempo se ha acelerado es por eso. Porque nuestros cuerpos, con sus pobres ritmos fisiológicos, están insertos en ese inmenso sistema computacional, una red-reloj inhumana en el sentido más literal de la palabra. O, dicho de otra manera: la sensación de que el tiempo se nos escapa de las manos es real porque, aunque podemos idear programas informáticos que funcionen en sub-nanosegundos, no podemos experimentar el tipo de temporalidad que manejan. Un ejemplo cotidiano de este choque de tiempos son las inteligencias artificiales de asistencia personal que, para parecer menos máquinas, están programadas para ser más lentas de lo que realmente son. Si Siri o Alexa hablaran a la velocidad que les corresponde, no entenderíamos nada.

Cuando desde Getxophoto 2023 hablamos de PAUSA!, lo hacemos desde este punto de vista. Nos interesa el modo en el que la hiperproductividad se cuela en la vida cotidiana y qué papel juegan las imágenes. Nos interesan las narrativas visuales que expresan tiempos de otras cosmovisiones o espacios improductivos que resisten al interior de nuestro mundo acelerado. Nos interesan los imaginarios alternativos de la ecología profunda según la cual ignoramos nuestros ciclos biológicos de la misma manera que ignoramos los del planeta. Nos interesa el consumo acelerado de información y cómo se traduce a la economía visual. Nos interesa lo que le hace el tiempo a la fotografía y lo que la fotografía nos cuenta sobre la experiencia subjetiva del tiempo.

Por eso nuestra PAUSA! no es una celebración del parar sin más, aunque a todas nos vendría bien bajar el ritmo. No se nos escapa que parar en el sentido de, por ejemplo, tomarse unas vacaciones es un derecho, pero es también un privilegio y que la pausa de unos cuerpos suele estar sostenida por la sobrecarga de otros. Tampoco nos interesa el rollo goblin, ese personaje tipo elfo que representa al adulto aniñado, entre irresponsable y deprimido, que pasa el día en el sofá. La pausa a la que hacemos referencia no es sinónimo de pasividad ni mucho menos de desconexión. Implica desconectarse de unas cosas, sí, pero para conectarse mejor con otras. Es un llamamiento a favor de otra forma de estar presente y disponible, a favor de otra calidad de atención. Porque, como dice la filósofa Remedios Zafra, tendemos a pensar que no perder el tiempo supone llenar nuestra vida de cosas, pero quizás sea esa la mejor manera de perderlo.

BIBLIOGRAFÍA

Liv Strömquist, No siento nada
Herman Melville, Bartleby, el escribiente, Austral, 2012 [1853]
Tung-Hui Hu, Digital Lethargy. Dispatches from an age of disconnection, MIT Press, 2022
Michael Ende, Momo, Alfaguara, 2007 [1973]
Mark Fisher, Realismo capitalista. ¿No hay alternativa?, Caja Negra, 2016
Andrew Smart, El arte y la ciencia de no hacer nada, Paidos, 2013
Jorge Moruno, No tengo tiempo. Geografías de la precariedad, Akal, 2018
Brigid Schulte, Overwhelmed: How to Work, Love and Play When No One Has the Time,Picador, 2015
Jenny Odell, Como no hacer nada. Resistirse a la economía de la atención, Ariel, 2021
Amy Ireland, Filosofía-ficción, Holobionte, 2020
Yuk Hui, Fragmentar el futuro: ensayos sobre tecnodiversidad, Caja Negra, 2020
Jill Bennett, The Big Anxiety. Taking Care of Mental Health in Times of Crisis, Bloomsbury, 2022
David Rooney, A Tiempo. Una historia de la civilización en doce relojes, Alianza Editorial, 2022
Graciela Speranza, Cronografías. Arte y ficciones de un tiempo y sin tiempo, Anagrama, 2017
Corinne Maier, Buenos días, pereza. Estrategias para sobrevivir en el trabajo, Península, 2004
Madeleine Dore, I didn´t do the Thing Today, Murdoch Books, 2022
Liv Strömquist, No siento nada, Reservoir Books, 2021
Byung-Chul Han, Vida Contemplativa: elogio de la inactividad, Penguin Random House, 2023
Juan Evaristo Valls Boix, Metafísica de la pereza, Ned, 2022
Azahara Alonso, Gozo, Siruela, 2023

 

Sobre la programación

Por otra parte, el Festival dedicará un homenaje a la mítica discoteca algorteña Gwendolyne, más conocida por sus asiduos como el Gwendo. De seguir abierta, esta sala de referencia para la música en vivo, que además acogía conciertos, sesiones de baile, concursos o espectáculos, habría cumplido medio siglo de vida en 2023. Por ello Getxophoto realizará una exposición en el Casino Algorteño, compuesta por imágenes y material de archivo cedidos por antiguos clientes locales.

También se editará una colección de posavasos con 8 de las imágenes que se distribuirán en locales hosteleros de la zona. En lo que se refiere al programa de conversaciones, la clásica jornada de diálogos Encerrona contará, entre otras, con la presencia de Elisa Medde (editora de la revista FOAM, Amsterdam), Marta Gili (directora de la École Nationale Supérieure de la Photographie, Arles), Luis Juárez (editor de la Revista Balam y director de la Feria Migra, Buenos Aires), Marco de Mutiis (comisario digital del Fotomuseum Winterthur, Suiza) o Alba Lafarga (gestora cultural y videoensayista colaboradora habitual del CCCB, Barcelona). En clave más local, en el programa Hamaiketako los y las participantes podrán conversar alrededor de una mesa con el fotógrafo Vicente Paredes y con la artista y diseñadora Susana Blasco.

Getxophoto también se podrá disfrutar allá donde uno esté a través de internet. Un año más, habrá un Canal Getxophoto en plataforma de cine Filmin. La fotógrafa y editora del fanzine Girls from Today, Andrea Savall, es la encargada de seleccionar la lista de películas que se podrá ver en esta plataforma durante el mes de junio. Por otra parte, el músico, compositor y productor Raül Refree será quien seleccione los temas de la playlist de esta edición.

El extenso programa de visitas guiadas, en euskara y castellano, incluye recorridos diurnos y nocturnos (con linterna) durante todos los fines de semana de junio. Serán ofrecidas por un mediador que presenta y contextualiza los temas claves de cada exhibición. Se han reservado los sábados por la tarde para ofrecer visitas especiales entre las que es destacable la que ofrecerá la performer Yogurinha Borova y recorridos en bici por las exposiciones de la playa, Areeta y Romo.

 

OTRAS PROPUESTAS

PAUSÓMETRO

¿No puedes más? ¿Cansada de estar siempre disponible? ¿Saturada de notificaciones e interminables grupos de WhatsApp? Es el síndrome del burnout, una enfermedad contemporánea que significa literalmente «estar quemado». Para medir el nivel de burnout de los y las visitantes, el colectivo bilbaíno Gheada ha desarrollado Pausómetro, un artilugio (una suerte de fotomatón) que mide la necesidad de parar a partir de los decibelios con los que las personas usuarias de la instalación sean capaces de gritar PAUSA! Al alcanzar el volumen requerido, el dispositivo le devolverá una foto de recuerdo en tiempo real que inmortalice ese momento de desahogo y liberación.

UN HELADO CON SABOR A PAUSA

Los maestros del helado artesano de Bizkaia, Gelati! Gelati!, han diseñado especialmente para esta edición de Getxophoto una pausa de lo más refrescante y para ser degustada lentamente: dos polos (uno sabroso y nutritivo, el segundo más narcótico) que podrán ser adquiridos en el kiosko que tienen de la playa de Ereaga, así como en los kioskos y tiendas de Bilbao.

MAPS

Por tercer año consecutivo, el Festival organiza MAPS (; Mejores amigos para siempre ;), encuentro entre estudiantes de escuelas de fotografía e imagen del todo el Estado. Casi 45 estudiantes de centros de Barcelona, Madrid, Valencia, Ourense, Granada, Gasteiz y Bilbao se darán cita en Getxo para conocerse, compartir sus trabajos y experiencias durante la Semana de Apertura del Festival. Además, se dará la oportunidad de exponer en la edición de 2024 a uno o una de ellos, apoyando así su trayectoria profesional. El año pasado, el trabajo de Maider Jiménez fue el seleccionado y forma parte de la programación de este año.

COMERCIOS LOCALES

35 comercios mostrarán en sus escaparates una selección de las casi 250 imágenes recibidas de todo el mundo a través de la convocatoria de participación popular. Este proyecto se realiza en colaboración con el comercio local y específicamente con la asociación de comerciantes Algortako Dendak. Esta es otra de las iniciativas propuestas desde el comienzo del Festival que fomenta la participación horizontal y transversal.

 

Artistas y exposiciones

La investigadora cultural María Ptqk inicia un nuevo ciclo comisarial de Getxophoto. La selección de proyectos realizada articula el programa artístico en una reivindicación de la pausa como gesto de rebeldía y resistencia ante este mundo acelerado. Entre los 24 proyectos que se mostrarán en el Festival, muchos de ellos marcados por un profundo mensaje ecologista, es reseñable el trabajo inédito en Europa del fotógrafo japonés ya fallecido Mitsutoshi Hanaga.

Este artista y reportero gráfico documentó en 1970 las acciones de un grupo de monjes budistas que recorrió Japón lanzando conjuros contra los dueños de las empresas más contaminantes del país. A este colectivo pronto se unieron estudiantes y activistas en lo que se convirtió en la primera gran movilización ecologista de la historia de Japón. El artista brasileño Lucas Bambozzi, a través de unas inquietantes imágenes que muestran coches colgados de árboles, ironiza sobre el cambio de estatus social del automóvil. El que fuera icono de la velocidad y la vida urbana se ha convertido en la actualidad en un símbolo de la crisis energética y ambiental.

Por otra parte, el fotógrafo británico Stephen Gill presenta su internacionalmente aclamado trabajo The Pillar (premio al mejor libro de autor en Les Rencontres d’Arles). Gill, amante de los pájaros, instaló un pilar de madera frente a la ventana de su casa. Durante cuatro años, este pilar fue visitado por centenares de aves que el autor fotografió con el mismo encuadre y frente al mismo paisaje. Con Before It’s Gone (Antes de que desaparezca) M’hammed Kilito, quien forma parte del Programa Explorer de National Geographic y ha sido uno de los vencedores del Open Call Internacional de Getxophoto, indaga y documenta la muerte de los oasis de su país de origen, Marruecos.

Refugios de biodiversidad y barreras naturales contra el desierto, los oasis están desapareciendo debido al cambio climático y el uso irracional de sus escasos recursos hídricos. La hora de comer es un momento cotidiano de descanso, un paréntesis en el que el frenesí diario se detiene. Pero la comida es también un importantísimo vector cultural que expresa la identidad personal y colectiva.

Cocinando historias de patatas, que surge de la experiencia migrante de la artista Ana Nuñez Rodríguez entre América Latina y Europa, recoge testimonios, anécdotas, recetas y memorias vinculadas con ese alimento viajero, sentido como propio en lugares muy distintos del mundo. Parte de nuestro interés se centra en el modo en el que la hiperproductividad se cuela en la vida cotidiana y qué papel juegan las imágenes. En ello profundiza de manera poética la destacada y veterana artista Hanna Collins en The Knifethrower, trabajo que aborda la multitarea general a la que nos vemos abocados en la sociedad contemporánea. Queremos llegar a todo, pero tenemos la sensación de no llegar a nada.

Comisaria

María Ptqk

Nacida en Bilbao en 1976, María Ptqk es doctora en investigación artística por la UPV-EHU, licenciada en Derecho y graduada en Ciencias Económicas, DEA en Derecho Internacional Público en Paris II – Sorbonne y Derecho de la Cultura en la Uned – Carlos III de Madrid, y con una maestría en Gestión cultural en la Universidad de Barcelona. Trabaja en las intersecciones entre arte, tecnociencia y feminismos y forma parte del grupo asesor de la editorial consonni. Ha trabajado, entre otros, con Medialab Prado (Madrid), Azkuna Zentroa (Bilbao), Fundación Daniel y Nina Carasso, CCCB (Barcelona), Jeu de Paume (París), La Gaité Lyrique (París), GenderArtNet (European Cultural Foundation) o LABoral (Gijón). Entre las exposiciones que ha comisariado se encuentran Soft Power (Proyecto Amarika Proiektua, 2009), A propósito del Chthuluceno y sus especies compañeras (Espace virtuel du Jeu de Paume, París, 2017), Reset Mar Menor. Laboratorio de imaginarios para un paisaje en crisis (CCC Valencia, 2020), Ciencia fricción. Vida entre especies compañeras (CCCB Barcelona, 2021 – Finalista de los Premios de la Asociaciò Catalana de Crítica d´Art y Azkuna Zentroa, Bilbao, 2022) y Extinción Remota Detectada (LABoral, Gijón, 2022).

Artistas participantes

LINE UP!

(EC) Tatiana López, Entre sueños la selva hace el eco de la canción de la anaconda ardiente
(GB) Hannah Collins, The Knifethrower
(JP) Photographerhal, Flesh Love All
(MA) M’hammed Kilito, Before It’s Gone
(ES) Miguel Leache, Rápido REM
(AR) Julieta Tarraubella, Bunker
(MX) Arturo Soto, Today, Something
(DE) Matthias Ley, Empty Promises
(PL) Michal Solarski, Hungarian Sea
(JP) Mitsutoshi Hanaga, Collective of Monks Praying to Kill Owners of Corporation
Responsible for Environmental Pollutions
(BR) Lucas Bambozzi, A vingança é uma espécie de justiça selvagem
(ES) Maider Jiménez, Aquí ninguén fala diso
(GB) Liz Hingley, The SIM Project
(GB) Stephen Gill, The Pillar
(ES) Gheada, Pausómetro
(ES) Susana Blasco, Lapsus
(CH) Jules Spinatsch, Heisenberg’s Offside
(BE) Nicolas Malevé, Exhibiting ImageNet
(IT) Mattia Balsamini, Protege Noctem
(GR) Esmeralda Kosmatopoulos, It is Always Summer Somewhere
(ES) Ana Núñez, Cocinando historias de patatas

 

 

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